Construcción de confianza desde el hábitat: entre el cemento y el derecho a vivir con dignidad
La vivienda como relato de justicia social
En su primer año de gestión, el Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial (MIVIOT) ha apostado por una narrativa centrada en la dignificación de la vida a través del acceso a una vivienda adecuada. Bajo el lema “Vivienda con Dignidad: Construyendo Futuro para Miles de Familias”, el MIVIOT busca posicionarse como el brazo social del gobierno que traduce el desarrollo en techos seguros, comunidades organizadas y ciudades con futuro.
A diferencia de otros ministerios con mayor visibilidad mediática, el MIVIOT ha optado por un discurso de impacto humano silencioso pero profundo, donde los indicadores de gestión no son solo cifras técnicas, sino también símbolos de inclusión y equidad. Este análisis busca descomponer ese discurso desde una perspectiva política y comunicacional, evaluando sus logros, intenciones, debilidades y oportunidades de mejora.
Aciertos y líneas estratégicas destacadas
1. Entrega de soluciones habitacionales con enfoque humano
- Durante el primer año, el MIVIOT entregó 1,274 soluciones habitacionales, beneficiando a más de 4,400 personas.
- A esto se suman más de 130 soluciones por autogestión y mejoramiento y la incorporación de viviendas modulares, una innovación que acelera los tiempos de entrega.
- Se reactivaron grandes proyectos como:
- Ciudad Esperanza (99.7% de avance), con 540 apartamentos.
- Altos de Los Lagos – Segunda Etapa, en Colón, que beneficiará a más de 7,000 personas.
- Otros proyectos retomados en Aguadulce y el Casco Antiguo.
Este conjunto de acciones consolida una narrativa de presencia estatal que transforma realidades concretas, sobre todo en sectores históricamente marginados.
2. Gestión social ante emergencias
- Atención inmediata a más de 226 familias afectadas por lluvias e incendios.
- 500 unidades sanitarias entregadas y apoyo interinstitucional en la rehabilitación de siete centros escolares.
Este componente fortalece la imagen del MIVIOT como una institución reactiva, solidaria y articuladora de respuestas intersectoriales.
3. Ordenamiento territorial con visión de largo plazo
- Entrega de 335 certificados de lotes en asentamientos informales.
- Avance en mensuras y planos en más de 14 comunidades.
- Ejecución de 6 planes locales de ordenamiento y desarrollo de otros 8, en regiones clave como Tierras Altas, La Chorrera y Santiago.
Este eje no solo proyecta legalidad y estabilidad para miles de familias, sino que también permite al Estado ejercer planificación sobre la expansión urbana de forma más coherente y sostenible.
4. Impulso al desarrollo urbano y alianzas con el sector privado
- A través de la Ventanilla Única, se aprobaron planos que representan más de 18,900 soluciones habitacionales a futuro.
- Se diseñan seis proyectos habitacionales en provincias estratégicas, incluyendo Ciudad El Sol, con capacidad proyectada para más de 125 mil personas.
Este frente introduce una narrativa de colaboración público-privada que busca proyectar al MIVIOT no solo como un ejecutor social, sino como un planificador urbano con visión de futuro.
Motivaciones políticas e intencionalidades estratégicas
- Legitimación territorial: al priorizar entregas en provincias y comunidades fuera del área metropolitana, el MIVIOT responde a una demanda histórica de descentralización y equidad territorial.
- Consolidación del rol social del Estado: en contextos de alta informalidad urbana y déficit habitacional, la entrega de una vivienda digna se convierte en un símbolo poderoso de inclusión. El Ministerio busca posicionarse como vehículo de justicia distributiva.
- Gestión simbólica del orden y legalidad: la legalización de lotes en asentamientos informales no es solo un trámite técnico, sino una estrategia para dar identidad jurídica y protección a miles de familias en riesgo.
- Proyección de estabilidad social: en tiempos de incertidumbre económica y social, la vivienda cumple una función doble: refugio físico y ancla emocional. En este sentido, el MIVIOT construye también gobernabilidad y cohesión comunitaria.
Oportunidades de mejora y críticas constructivas
1. Débil presencia de resultados en reducción del déficit habitacional
Aunque se presentan entregas y proyecciones, no se contextualiza cuántas familias siguen esperando una solución. La ausencia de una línea base de referencia puede limitar la percepción de impacto real.
2. Falta de narrativas humanas en el discurso institucional
No hay testimonios de beneficiarios ni historias que conecten emocionalmente con el ciudadano común. El informe es funcional, pero carece de emoción y cercanía.
3. Silencio sobre participación comunitaria
No se menciona si las comunidades han participado en la planificación de sus proyectos, ni si existe corresponsabilidad en el mantenimiento o gobernanza de sus nuevos espacios. Este vacío afecta la sostenibilidad del proceso.
4. Poca visibilidad nacional del trabajo del MIVIOT
A pesar de sus logros, el MIVIOT no ha logrado posicionarse mediáticamente con la fuerza que su trabajo merece. Su impacto comunicacional es bajo en comparación con otros ministerios, pese a manejar un tema tan sensible como la vivienda.
Recomendaciones comunicacionales
- Incorporar testimonios audiovisuales de familias beneficiadas, narrando cómo su vida ha cambiado con una casa nueva.
- Desarrollar campañas territoriales en medios locales que expliquen los planes de ordenamiento y cómo las comunidades pueden participar.
- Fortalecer las redes sociales institucionales, con contenido visual de alto impacto, mapas interactivos y cifras claras sobre entregas y avances.
- Publicar un informe nacional del déficit habitacional, con metas públicas de reducción año a año, lo cual aportaría transparencia, credibilidad y enfoque estratégico.
Construir país desde los cimientos
El Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial ha demostrado en su primer año de gestión una capacidad efectiva de ejecución, planificación y respuesta social. Más allá de las cifras, lo que se está construyendo es un modelo de Estado que reconoce el derecho a la vivienda como un eje de justicia, identidad y cohesión.
No obstante, el reto comunicacional sigue siendo el mismo: lograr que cada techo entregado se convierta en una historia compartida, en un símbolo de confianza en lo público y en una promesa cumplida del Estado con sus ciudadanos. La vivienda, más que un bien material, es una herramienta de transformación profunda. Y su relato, si se construye con estrategia, puede ser tan sólido como sus paredes.