Protección, empoderamiento y justicia de género: entre la atención urgente y la transformación estructural
Institucionalizar la equidad
En su primer año de funcionamiento, el Ministerio de la Mujer, liderado por la ministra Niurka del Carmen Palacio, ha tenido que construir simultáneamente estructura, visibilidad y credibilidad pública, enfrentando uno de los retos más complejos del Estado: institucionalizar la defensa de los derechos de las mujeres en un contexto marcado por desigualdades persistentes, violencia estructural y brechas económicas.
El balance presentado combina acciones de atención inmediata, programas de sensibilización, promoción del emprendimiento femenino y articulación con múltiples sectores públicos y privados. Bajo el enfoque de “contención, empoderamiento y cambio cultural”, la gestión proyecta un modelo de gobernanza de género más proactivo, interseccional y descentralizado.
Este análisis político y comunicacional evalúa los logros, limitaciones y potencial estratégico de este primer año de gestión institucional, con el fin de comprender el impacto real del Ministerio y su capacidad de consolidarse como actor transversal del desarrollo nacional.
Aciertos clave: atención integral, territorio activo y agenda económica con perspectiva de género
1. Centros de Atención Integral en comunidades
- Se han brindado servicios psicológicos, sociales y jurídicos a 12,595 usuarias entre nuevos ingresos y seguimientos.
- Estos espacios representan el primer contacto institucional con mujeres en situación de riesgo, y operan como núcleo operativo de la respuesta estatal a la violencia.
Esta acción refuerza la visión de una política pública de género con presencia territorial, accesible y centrada en los derechos humanos.
2. Casas Seguras: protección efectiva a mujeres y sus familias
- 39 mujeres, junto a sus hijas e hijos, han sido protegidas en estos albergues temporales, que ofrecen refugio frente a situaciones de violencia extrema.
- Aunque la cifra parece modesta, este mecanismo representa una de las respuestas más sensibles y urgentes ante el feminicidio y la violencia doméstica.
3. Prevención y sensibilización social: visibilidad y cambio cultural
- Se realizaron 9,669 acciones de sensibilización, se distribuyeron 141,458 volantes y se instalaron 590 mesas informativas en centros de salud.
- Además, se implementó el programa Comunidades Unidas contra la Violencia Doméstica, beneficiando a 980 personas en zonas vulnerables del país.
Este frente articula una estrategia de comunicación de proximidad, donde la educación y el diálogo funcionan como herramientas de transformación social.
4. Línea 182 – Contigo Mujer: respuesta permanente y confidencial
- Se atendieron 7,231 llamadas en una línea gratuita, 24/7, que ofrece orientación, contención y acompañamiento.
- Este servicio comunica accesibilidad, empatía institucional y atención personalizada, claves para construir confianza en la nueva entidad.
5. Modelos positivos de masculinidad: prevención desde el origen
- 549 hombres sensibilizados en nuevas masculinidades, lo que representa un paso importante hacia la prevención estructural de la violencia, involucrando activamente al otro lado de la ecuación social.
6. Autonomía económica como motor de empoderamiento
- Iniciativas como Mujer Empresaria y Tu Emprendimiento de Panamá para el Mundo han beneficiado a 1,206 mujeres, incluyendo capacitación en oficios tradicionales y no tradicionales (como electricidad y plomería).
- Se brindaron herramientas técnicas, financieras y de gestión, para acceder a créditos, mercados y formación especializada.
Estas acciones traducen el empoderamiento en independencia económica, una de las herramientas más sólidas para romper los ciclos de violencia.
7. Agenda de la Mujer Rural e Indígena: inclusión interseccional
- La II Cumbre de Mujeres Indígenas de Panamá reunió a 1,300 participantes en Hato Chamí.
- El 1er Encuentro de Mujeres de la Comarca Emberá-Wounaan contó con 526 participantes, demostrando un enfoque de inclusión cultural y territorial.
Este componente refuerza el principio de que la política pública de género no puede ser homogénea, sino respetuosa de las identidades y realidades múltiples del país.
Motivaciones políticas e intenciones estratégicas
El enfoque del Ministerio de la Mujer responde a múltiples objetivos estratégicos:
- Consolidar legitimidad institucional en su primer año de creación, demostrando resultados concretos en protección y atención.
- Descentralizar la agenda de género, llevando los servicios fuera del centro político y económico del país.
- Fortalecer una narrativa pública de corresponsabilidad entre Estado, sociedad civil, hombres y mujeres.
- Establecer puentes entre derechos humanos y desarrollo económico, posicionando a las mujeres como sujetas de derechos y agentes económicos.
Oportunidades de mejora y críticas constructivas
1. Baja visibilidad mediática de los programas
Aunque el balance presenta resultados significativos, pocas campañas han logrado penetrar la conversación nacional. Falta posicionar al Ministerio como actor relevante y transversal en la política pública.
2. Falta de indicadores de impacto cualitativo
El informe es rico en cifras de alcance, pero carece de información sobre resultados transformadores: ¿cuántas mujeres salieron del ciclo de violencia?, ¿cuántas accedieron efectivamente a crédito?, ¿cuántas emprendedoras formalizaron sus negocios?
3. Desarticulación del enfoque educativo con el sistema escolar
No se menciona ninguna acción coordinada con el Ministerio de Educación para incorporar educación en igualdad, prevención de violencia o salud emocional en la currícula escolar. Esto limita la sostenibilidad del cambio cultural.
4. Necesidad de institucionalización legal y presupuestaria
Aún no se comunican claramente los pasos hacia el fortalecimiento legal del Ministerio, su autonomía presupuestaria ni la profesionalización del recurso humano. Esto puede comprometer su continuidad y profundidad operativa.
Recomendaciones comunicacionales
- Humanizar la comunicación institucional con historias reales de mujeres que lograron salir adelante gracias a los programas del Ministerio.
- Lanzar campañas nacionales multicanal (radio, redes sociales, televisión comunitaria) que fortalezcan la percepción del Ministerio como entidad protectora, empática y transformadora.
- Establecer alianzas narrativas con influencers, artistas, líderes comunitarios y periodistas, para descentralizar el mensaje.
- Desarrollar un Observatorio Nacional de Género, que produzca datos, análisis y visualizaciones públicas para monitorear avances y desafíos en tiempo real.
Conclusión: de la protección a la transformación
El Ministerio de la Mujer ha superado su fase de instalación con una gestión sólida, sensible y estructurada, que combina servicios de atención, prevención comunitaria, empoderamiento económico e inclusión intercultural. En su primer año, no solo ha respondido al mandato legal de su creación, sino que ha sembrado las bases para una política de género moderna, con impacto real en los territorios.
Ahora, el reto es consolidar su legitimidad ante la ciudadanía, ampliar su presencia mediática, fortalecer sus capacidades legales y presupuestarias, y proyectarse como un actor estratégico del desarrollo y de la democracia panameña. Porque un país que invierte en sus mujeres, invierte en su futuro.