Hugo Beteta, quien asumió el 24 de agosto como Director de la Sede Subregional de la CEPAL en México, habla sobre los desafíos de los países del istmo centroamericano.
¿Cómo y cuándo van a salir los países centroamericanos de la crisis? ¿Cuál debería ser la agenda post-crisis?
Esto estará profundamente determinado por el tipo y la velocidad de la recuperación de Estados Unidos, el principal socio comercial de la región, y también por el tipo y la velocidad de la respuesta de política pública de distintos países. Ahí se plantea un desafío de cómo articular una estrategia de salida de la crisis que sea compatible con una visión renovada del desarrollo de la región. Si uno lo quisiera concentrar en pocas palabras, se podría pensar en inversión, igualdad e inserción. La trilogía de las íes.
La inversión en la región es baja y necesaria para retomar la senda del crecimiento, porque es más fácil crear un espacio de maniobra de políticas públicas en un contexto de crecimiento que en ausencia de él. Por eso se necesitan niveles crecientes de inversión, tanto pública como privada.
Creo que en este momento Centroamérica debe replantearse el rol de la inversión pública. Aquí se requiere una reforma a los sistemas nacionales de inversión pública y a un mayor empuje de las alianzas público-privadas. También hay que discutir un pacto regional con el fin de generar recursos públicos para la inversión en infraestructura de integración.
La inversión privada, además, debe retomar las oportunidades de atracción de capitales que el DR-CAFTA ofrece. Para todos es conocido que Estados Unidos no va a realizar nuevos tratados de libre comercio y creo que podría haber capital latinoamericano interesado en la denominación de origen de estos países para acceder al mercado estadounidense cuando se vaya recuperando.
Sería importante también plantear de nuevo las relaciones con el sureste asiático, no sólo como fuente de comercio, sino también como fuente de inversión: tener una mirada al Pacífico y hacia la diversificación de negocios con India y China.
En cuanto a la igualdad, es muy importante focalizar el gasto público hacia los más pobres y la protección social frente a la crisis. Es necesario destacar la importancia de la calidad del gasto público para hacerlo más progresivo y para asegurar las bases de legitimidad del sistema político democrático y del sistema económico abierto. La propuesta cepalina de universalizar la seguridad social puede ayudar a reducir la informalidad y hacer que los mercados laborales funcionen mejor para el combate a la pobreza.
Por último, una estrategia de inserción. Una integración abierta crea la escala para pensar en mercados internos. China, India y Brasil nos han recordado la importancia de un esfuerzo tecnológico endógeno, de recursos humanos calificados y del apoyo que pueden dar a los mercados internos para que las empresas domésticas adquieran escala en momentos en que el comercio está a la baja.
Centroamérica debe representar una estrategia inteligente de inserción global basada en su biodiversidad, en la riqueza de sus culturas vivas y en su localización. Es posible desarrollar redes de logística de bajo impacto en carbono. Se requiere buscar una inserción económica en este “Capitalismo versión 3.0”, un capitalismo incluyente, obviamente con una fuerte presencia del Estado en sus funciones creando las condiciones para que haya un sector privado moderno, de calidad global, pero donde el Estado ayude a crear, regular, estabilizar y legitimizar los mercados, como nos recuerda Dani Rodrik.
Recientemente Honduras sufrió la ruptura democrática de su régimen constitucional ¿Cuál es el significado para el futuro de una región que apenas hace trece años salió de los conflictos armados?
El primer significado es la ausencia de un miembro importante de la región. Esto ha desacelerado el proceso de integración que había tomado mucho impulso recientemente. La crisis en Honduras ha puesto de manifiesto que si una de las piezas no está, el sistema se resiente.
En materia económica, los impactos han sido cuantiosos. El comercio entre naciones ha sido muy afectado, ya que el tránsito de mercancías del norte de Centroamérica (Guatemala, Belice y El Salvador) pasa necesariamente por Honduras. Muy evidentes son los costos económicos que sufre Honduras pero que también sufren Guatemala, El Salvador y Nicaragua por las alteraciones del flujo de comercio entre los países.
Es muy importante, creo yo, tomar conciencia de la creciente regionalización de los grupos empresariales que actúan crecientemente de una forma integrada y regional y estos vasos comunicantes hacen que las decisiones políticas de un país afecten a todo un grupo que actúa en otros países de la región.