Por: Ing./Arq. Martín Isaac Donderis
Soy un convencido de que el pueblo panameño ha mejorado su grado de madurez política –gracias a los tiempos muy duros que le ha tocado vivir – y que, en vez de una absurda campaña de dimes y diretes con los consabidos apodos, insultos y actos degradantes hacia los candidatos y hacia quienes los representan, la nación panameña está muy interesada en ver y analizar las propuestas electorales de gobierno y planes de trabajo de cada uno de los candidatos.
Sabemos que por disciplina partidaria habrá muchos que votarán por su candidato presidencial; habrá muchos que votarán pasionalmente en contra de candidatos presidenciales porque sí, pero existe una buena parte del electorado, sobre todo entre la juventud, que está indecisa (alrededor de un 35%) y este sector marcará la diferencia y establecerá quién será el candidato que menos pierda en las elecciones venideras, ya que estimo que ninguno sobrepasará el 50% de los votos, y tendremos como presidente al candidato que sea menos rechazado, no el más aceptado.
Este sector, más que interesarle una campaña llena de diatribas, insultos y saltos a la prehistoria política de nuestro país, está interesado en un mejor futuro; ver propuestas electorales coherentes con nuestra realidad y que lleven al país hacia el progreso, hacia una mejor calidad de vida, hacia una mejor calidad de educación, hacia una mayor participación ciudadana en las decisiones gubernamentales.
Siempre habrá aquellos que, en el intento de hacerse notar y salir electos, seguirán las líneas politiqueras de siempre, intentando insultar, avergonzar, lastimar y desprestigiar. Ésos, dentro del nuevo concepto de mundo que vivimos, no tienen cabida por su agotamiento y obsolescencia política. Son como los peces fuera del agua que, antes de morir –en este caso, políticamente – siempre dan sus últimos coletazos.
Aquí se hace un llamado a los medios de comunicación, tanto hablados como escritos, para que colaboren con el fin de que si se dan estas actitudes y situaciones politiqueras, verdaderamente alienantes, bochornosas e irrespetuosas hacia la nación panameña, estas no sean festinadas por los mismos y que ayuden a centrar la campaña, en forma eficiente y efectiva, en lo que a la nación panameña realmente le interesa: las propuestas electorales y las posibilidades reales de que se lleven a cabo por parte de los candidatos presidenciales.
Ya ha llegado la hora de que a los aspirantes a la Presidencia de la República, el pueblo panameño les exija respeto, coherencia en sus planteamientos y que, por su propio bien y de una vez por todas, abandonen la funesta práctica de alimentar con falsas esperanzas las inquietudes de la nación panameña.
Tenemos que ser realistas y comprender que dentro de los esquemas mundiales que nos toca vivir, el bienestar y el futuro de la nación panameña están en juego. Al fin y al cabo, tenemos que ser coherentes con nuestra cambiante realidad, con nuestra idiosincrasia, e intentar seleccionar la mejor propuesta electoral; todo esto dentro de nuestras particulares circunstancias y el actual abanico de posibilidades de emisión del voto, incluyendo la posibilidad del voto nulo.
El autor es Arquitecto e Ingeniero Civil y Catedrático Universitario