La disculpa del Alcalde Mizrachi
En el marco del conflicto entre la comunidad de Boca La Caja y la Alcaldía de Panamá, el alcalde Mayer Mizrachi divulgó un video en el que ofrece disculpas públicas por la forma en que se manejó la unificación territorial con San Sebastián. Aunque el tono del mensaje es emocionalmente potente y proyecta una imagen de humildad, un análisis detallado revela múltiples falacias lógicas, sesgos psicológicos y mecanismos de manipulación discursiva que configuran una estrategia de control de daños cuidadosamente diseñada.
Este artículo desglosa el contenido del mensaje desde una perspectiva crítica, abordando no solo su estructura retórica, sino también el contexto político y social en que ocurre, los antecedentes de la zona, ejemplos comparados, las posibles intenciones del alcalde, y los escenarios posteriores para la comunidad y para su carrera política.
El contexto histórico y urbano de Boca La Caja
Boca La Caja es una comunidad histórica ubicada en el corregimiento de San Francisco, en la ciudad de Panamá. A pesar de su ubicación privilegiada frente a la Cinta Costera, ha enfrentado décadas de marginación, informalidad urbanística, y vulnerabilidad social. Desde la década de 1990, diversos gobiernos y alcaldes han mostrado interés en la zona, bajo el argumento de «revitalización urbana», pero sin mecanismos transparentes ni una planificación participativa.
Esto ha generado una alta sensibilidad entre los residentes ante cualquier propuesta institucional que implique reorganización territorial, censo, desplazamiento o revalorización del suelo. Es en este contexto de tensiones acumuladas donde ocurre el anuncio de una supuesta unificación con el área de San Sebastián, sin consulta ciudadana previa, y que da pie a una crisis de confianza.
Estructura narrativa del discurso
El video de Mizrachi puede dividirse en cinco grandes bloques temáticos:
- Admisión emocional de culpa: Utiliza un lenguaje informal, casi confesional, para decir que «lo siente mucho» y que se «equivocó».
- Redefinición del conflicto: Plantea que el problema no fue la intención del proyecto, sino la falta de comunicación.
- Desmentido de rumores: Niega haber tenido intereses personales en la zona, como terrenos o proyectos inmobiliarios.
- Apelación a la relación personal con la comunidad: Recuerda momentos de cercanía y ayuda durante la pandemia.
- Propuesta de reconciliación sin compromisos: Ofrece disculpas pero no presenta un plan estructurado ni asume medidas correctivas.
Cada una de estas secciones utiliza técnicas retóricas propias del populismo emocional, una corriente comunicativa que se enfoca más en conectar afectivamente con la audiencia que en ofrecer soluciones tangibles.
Desglose de falacias lógicas
Falsa dicotomía
El discurso se presenta como una elección binaria (únicamente dos opciones) entre aceptar las disculpas del alcalde y mantener una relación de conflicto. Se omiten opciones más democráticas, como realizar consultas comunitarias, auditorías externas o reformular el plan.
Red herring (distracción del tema central)
Al hablar sobre supuestos rumores (terrenos, sinagogas), el alcalde desvía el foco del problema real: la ausencia de procesos de participación ciudadana y el intento de reconfiguración territorial sin consentimiento.
Petición de principio
La narrativa se construye sobre la premisa no demostrada de que el proyecto era bueno en sí mismo, y que sólo falló en la forma de presentarlo. Esto impide discutir si la propuesta era, en efecto, conveniente o justa para la comunidad.
Apelación a la autoridad moral
“Yo vine a cambiar el sistema, no a encajar en él.”
Este tipo de afirmaciones se utilizan para evitar el escrutinio: si el orador se presenta como reformador, las críticas se interpretan como obstáculos al cambio, no como señales de alerta legítimas.
Sesgos psicológicos y mecanismos de manipulación
Sesgo de autoridad carismática
Mizrachi se presenta como una figura atípica, moderna, honesta. Su estilo disruptivo ha sido una de sus marcas personales. Sin embargo, apelar a su autenticidad no sustituye la necesidad de procesos institucionales sólidos.
Técnica del «puente roto»
En comunicación política, esta técnica consiste en reconocer una falta menor (falta de comunicación) para evitar discutir la falta mayor (la imposición de un proyecto sin participación). Es una forma de autocontrol narrativo.
Uso de la vulnerabilidad como escudo
“Yo sé que para muchos mostrar vulnerabilidad es debilidad, pero no me importa.”
Aunque a primera vista esta frase parece una señal de madurez emocional, en realidad refuerza el culto al «político valiente» que se arriesga por el bien común, desplazando la atención de sus errores reales.
Comparaciones con otros casos en América Latina
Favela de Vila Autódromo, Río de Janeiro (2016)
Antes de los Juegos Olímpicos, el gobierno local desplazó a cientos de familias con la promesa de mejor calidad de vida. La narrativa fue similar: “esto es por su bien”. Pero los desalojos forzados fueron denunciados por organizaciones internacionales.
Barrio 31, Buenos Aires
En este caso, sí se implementó un proceso de urbanización participativa. Se formaron mesas comunitarias, hubo veeduría internacional, y los residentes participaron del diseño de la obra. Contrasta con la lógica vertical que parece mostrar el caso de Boca La Caja.
Renovación de El Chorrillo, Panamá (2000–2010)
Durante gobiernos anteriores, se intentó reubicar a residentes bajo el lema de “dignificación urbana”. Los resultados fueron mixtos: algunos sectores mejoraron, otros fueron desplazados. La desconfianza generada entonces sigue presente en sectores populares.
Motivación política y construcción de narrativa
Mizrachi no es un actor político convencional. Su perfil disruptivo lo ha hecho atractivo para sectores jóvenes y urbanos. Ha capitalizado las redes sociales como canal directo para comunicarse, sin necesidad de intermediarios tradicionales como medios o partidos. Sin embargo, su discurso muestra síntomas clásicos de un populismo emocional con tintes tecnocráticos.
La narrativa busca reposicionar su figura como víctimia de una mala interpretación y no como responsable de un error institucional. Esto refuerza su base política, mantiene su reputación personal, y evita que la crisis escale a términos legales o administrativos.
Además, es previsible que este video forme parte de una estrategia mayor con miras a una postulación presidencial o a una reelección futura. Evitar sanciones públicas ahora, le permite preservar capital político a mediano plazo.
Implicaciones legales y administrativas
Aunque el alcalde no menciona aspectos legales, hay elementos que pueden ameritar revisión:
- ¿Hubo una consulta ciudadana formal conforme a ley?
- ¿Se cumplieron las normas del Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial (MIVIOT) para cambios de uso del suelo?
- ¿Existen contratos o licitaciones vinculadas al proyecto que deban ser auditadas?
- ¿Qué rol han tenido las Juntas Comunales y los Representantes de Corregimiento?
Responder estas preguntas requiere acceso a actas, presupuestos y resoluciones oficiales. Si no hay documentación, el proyecto podría estar en el límite de la legalidad, incluso si las intenciones fueron legítimas.
Impacto en la comunidad
El discurso del alcalde no parece tener efectos inmediatos en la realidad cotidiana de Boca La Caja:
- No propone revertir el proyecto.
- No reconoce que la comunidad tiene derecho a decidir sobre su territorio.
- No menciona indemnización, obras, ni garantías concretas.
Más allá del tono emocional, no hay una hoja de ruta para reconstruir la confianza. Y mientras tanto, la comunidad sigue expuesta a procesos de gentrificación informal, donde los intereses inmobiliarios —a menudo invisibles— se adelantan a los discursos políticos.
Escenarios futuros
Tensión prolongada
La comunidad mantiene su resistencia y el conflicto se vuelve parte de la narrativa política local. El alcalde opta por evitar medidas nuevas y dejar que el tiempo diluya el malestar.
Cooptación
Se establecen mesas de diálogo controladas desde la Alcaldía, donde se negocian pequeños beneficios a cambio de respaldo. El conflicto se desactiva, pero no se transforma.
Acción judicial
Organizaciones de derechos humanos o representantes comunitarios podrían interponer recursos ante la Corte Suprema o presentar denuncias ante la Defensoría del Pueblo, si se demuestra que se violaron derechos de participación.
Oportunidad democrática
Se puede proponer un modelo participativo real, con asambleas barriales, planes urbanísticos con diseño conjunto, auditorías ciudadanas y participación en la toma de decisiones. Esto podría sentar precedente para otras zonas vulnerables.
Conclusión
El discurso del alcalde Mayer Mizrachi, aunque bien producido y con intenciones aparentemente conciliadoras, no aborda el problema estructural de fondo: la relación desigual entre gobierno local y comunidades históricamente marginadas.
En lugar de asumir una posición institucional con responsabilidades, se ofrece como individuo con buena voluntad. En lugar de explicar las decisiones técnicas y jurídicas, se construye un relato emocional. En lugar de proponer un camino de reparación, se pide indulgencia ciudadana.
Esta es una estrategia política conocida, pero también una oportunidad para exigir una nueva forma de gobernanza urbana: una en la que las comunidades no solo sean escuchadas, sino reconocidas como sujetos plenos de derechos y partícipes de su propio destino territorial.