En este momento, mientras usted lee estas líneas, 15 países están tomando decisiones que pueden cambiar el rumbo de conflictos armados, crisis humanitarias y amenazas globales que afectan a millones de personas. Uno de esos países es Panamá, que durante todo agosto de 2025 ejerce la presidencia del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, el órgano más poderoso de la diplomacia mundial.
¿Por qué debería importarle esto a cualquier panameño? Porque las decisiones que se toman en esa sala de reuniones en Nueva York no son abstractas: determinan si se envía ayuda humanitaria a Gaza, si se imponen sanciones a regímenes autoritarios, si se despliegan fuerzas de paz en Haití o si se toman medidas contra amenazas que pueden llegar hasta nuestras fronteras. En pocas palabras, el Consejo de Seguridad es donde se decide si el mundo será más seguro o más peligroso.
¿Qué es exactamente el Consejo de Seguridad?
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas es el único órgano internacional cuyas decisiones son legalmente obligatorias para los 193 países miembros de la ONU. Mientras otros organismos internacionales solo pueden hacer recomendaciones, el Consejo tiene poder real: puede imponer sanciones económicas, autorizar intervenciones militares y crear tribunales internacionales.
Creado en 1945 tras los horrores de la Segunda Guerra Mundial, este organismo nació con una misión clara: evitar que el mundo volviera a sumergirse en una guerra devastadora. Sus fundadores le dieron herramientas poderosas para cumplir esa tarea, pero también le heredaron las contradicciones de una época marcada por el colonialismo y la dominación de las grandes potencias.
Composición: Los 15 que deciden por el mundo
El Consejo está integrado por 15 países, divididos en dos categorías muy distintas en términos de poder:
Los 5 miembros permanentes (conocidos como el P5) son los vencedores de la Segunda Guerra Mundial: Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia y China. Estos países tienen asientos garantizados de por vida y, lo más importante, poder de veto. Esto significa que cualquiera de ellos puede bloquear una decisión con un solo voto negativo, sin importar que los otros 14 miembros estén a favor.
Los 10 miembros no permanentes son elegidos por la Asamblea General por períodos de dos años, con una distribución regional específica: África tiene 3 asientos, Asia-Pacífico 2, América Latina y el Caribe 2, Europa Occidental 2, y Europa Oriental 1.
Para 2025, Panamá forma parte de este selecto grupo junto a Argelia, Dinamarca, Eslovenia, Grecia, Guyana, Pakistán, República de Corea, Sierra Leona y Somalia. Esta es la sexta vez en su historia que Panamá ocupa un escaño en el Consejo, habiendo participado anteriormente en 1958-1959, 1972-1973, 1976-1977, 1982-1983 y 2007-2008.
Cómo funciona: Entre el consenso y el bloqueo
El Consejo de Seguridad opera con reglas de votación que reflejan las realidades geopolíticas de 1945. Para aprobar cualquier resolución sobre temas sustantivos, se necesitan al menos 9 votos a favor de los 15 miembros, pero todos los miembros permanentes deben estar de acuerdo o al menos abstenerse. Si uno solo vota en contra, la propuesta muere.
La presidencia del Consejo rota mensualmente entre los 15 miembros siguiendo el orden alfabético en inglés. Durante agosto de 2025, Panamá ejerce esta presidencia, lo que significa que coordina las reuniones, establece la agenda y facilita las negociaciones entre los miembros.
Esta presidencia no es ceremonial: el presidente del Consejo tiene el poder de convocar sesiones urgentes, moderar debates y representar al órgano en eventos internacionales. Es por eso que el presidente José Raúl Mulino viajó personalmente a Nueva York para presidir la reunión del lunes 11 de agosto sobre seguridad marítima.
Reuniones y modalidades de trabajo
El Consejo de Seguridad se reúne cada vez que es necesario, sin un calendario fijo. En promedio, celebra entre 200 y 300 reuniones al año, incluyendo sesiones formales abiertas, consultas privadas y reuniones informales conocidas como «fórmula Arria».
Las reuniones formales son públicas y quedan registradas en actas oficiales. Las consultas privadas permiten negociaciones francas entre los miembros. Y las reuniones «fórmula Arria» son espacios informales donde pueden participar representantes de la sociedad civil o expertos externos.
La presidencia panameña de agosto incluye al menos una reunión de alto nivel sobre seguridad marítima el 11 de agosto, presidida por el presidente Mulino, y debates sobre protección de mujeres en conflictos armados, la situación en Medio Oriente y África, y posiblemente Haití.
Decisiones históricas que marcaron al mundo
A lo largo de sus casi 80 años de existencia, el Consejo de Seguridad ha tomado decisiones que cambiaron el curso de la historia mundial. Aquí algunos ejemplos cruciales:
La Guerra de Corea (1950): En una de sus primeras acciones decisivas, el Consejo autorizó el uso de la fuerza para defender Corea del Sur de la invasión norcoreana. Esta fue posible solo porque la Unión Soviética boicoteaba las sesiones en protesta por la negativa de reconocer a la China comunista.
El fin del Apartheid (1977-1994): El Consejo impuso un embargo de armas contra Sudáfrica en 1977 y mantuvo presión internacional hasta que el régimen de segregación racial colapsó. Las sanciones económicas fueron clave para aislar al régimen.
La respuesta al 11 de septiembre (2001): Tras los ataques terroristas, el Consejo adoptó la Resolución 1373, que obligó a todos los países a combatir el financiamiento del terrorismo y cooperar en la lucha antiterrorista. Esta resolución cambió las leyes de seguridad a nivel global.
Relevancia en la geopolítica actual: Bloqueos y desafíos
El mundo de 2025 presenta al Consejo de Seguridad desafíos sin precedentes, y su capacidad para responder efectivamente está en entredicho. Los conflictos en Gaza, Ucrania y Haití ejemplifican tanto el poder como las limitaciones de este órgano.
En Gaza, el Consejo ha estado paralizado por los vetos estadounidenses a resoluciones que exigen un alto al fuego. Solo en 2025, Estados Unidos ha vetado múltiples resoluciones respaldadas por 14 de los 15 miembros, incluyendo a sus aliados europeos. Esto ha llevado a que más de 60,000 palestinos hayan perdido la vida sin una respuesta efectiva del sistema de seguridad colectiva.
En Ucrania, Rusia ha utilizado su poder de veto para bloquear investigaciones sobre crímenes de guerra y resoluciones que condenen su invasión. Paradójicamente, el agresor puede vetar las decisiones sobre su propia conducta.
En Haití, donde la violencia ha obligado a 1.3 millones de personas a huir de sus hogares, el Consejo autorizó una Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad, pero las limitaciones de personal y financiamiento han reducido su efectividad.
La presidencia panameña: Una oportunidad histórica
Panamá asumió la presidencia del Consejo el 1 de agosto de 2025 con una agenda ambiciosa centrada en temas marítimos, protección de civiles y vínculos entre cambio climático y seguridad. El embajador panameño ante la ONU, Eloy Alfaro, ha señalado que el país busca proyectar un enfoque basado en el diálogo, la transparencia y la cooperación multilateral.
La reunión del lunes 11 de agosto sobre seguridad marítima, presidida por Mulino, no es casual. Panamá opera una de las rutas comerciales más importantes del mundo y mantiene el segundo registro naval más grande del planeta. El debate incluirá desafíos como la piratería, el narcotráfico marítimo, la contaminación y los efectos de conflictos geopolíticos en rutas comerciales clave como el Mar Rojo.
El evento contará con la participación del panameño Arsenio Domínguez, secretario general de la Organización Marítima Internacional, el administrador de la Autoridad del Canal Ricaurte Vásquez, y representantes de Interpol. Es una oportunidad única para posicionar a Panamá como líder en seguridad marítima global.
5 cosas que debes saber sobre el Consejo de Seguridad
1. ¿Cuántas veces se reúne al año?
No tiene un calendario fijo. Se convoca cada vez que hay una crisis o amenaza a la seguridad internacional. En promedio, celebra entre 200-300 reuniones anuales, desde sesiones formales hasta consultas privadas.
2. ¿Cómo se elige la presidencia?
Rota mensualmente entre los 15 miembros siguiendo el orden alfabético en inglés. Cada país preside por 30 días y coordina toda la agenda del Consejo durante ese período.
3. ¿Qué significa «poder de veto»?
Es la capacidad de los 5 miembros permanentes de bloquear cualquier decisión con un solo voto negativo. Basta un «no» para tumbar una propuesta, sin importar que los otros 14 países estén a favor.
4. ¿Cuántos países han usado el veto?
Desde 1989, Rusia y Estados Unidos son responsables del 75% de los vetos emitidos. China ha usado su veto menos frecuentemente, mientras que Francia y Reino Unido no han vetado ninguna resolución en décadas.
5. ¿El Consejo puede declarar la guerra?
No declara guerras, pero puede autorizar el uso de la fuerza militar bajo el Capítulo VII de la Carta de la ONU cuando determina que existe una amenaza a la paz internacional.
Por qué los latinoamericanos deben entender el Consejo
Para los ciudadanos de Panamá y América Latina, el Consejo de Seguridad no es un organismo lejano, sino una institución que toma decisiones que impactan directamente nuestras vidas. Las crisis migratorias, el narcotráfico, los desastres naturales y los conflictos regionales requieren respuestas multilaterales que a menudo pasan por Nueva York.
La región enfrenta desafíos complejos: la crisis en Venezuela ha generado más de 7 millones de migrantes, la violencia en Haití amenaza la estabilidad regional, y el cambio climático intensifica huracanes y sequías que no conocen fronteras. El Consejo de Seguridad tiene herramientas para abordar estos problemas, pero su efectividad depende de la voluntad política de las grandes potencias.
La participación de países como Panamá en el Consejo es crucial para que las perspectivas latinoamericanas sean escuchadas. Cuando el istmo preside debates sobre seguridad marítima, está defendiendo los intereses de una región que depende del comercio internacional. Cuando vota a favor de resoluciones sobre protección de civiles, está alzando la voz por millones de personas vulnerables.
Un órgano poderoso pero imperfecto
El Consejo de Seguridad sigue siendo la institución más poderosa del sistema internacional, con capacidad única para autorizar el uso de la fuerza y imponer sanciones vinculantes. Sin embargo, su estructura refleja el mundo de 1945, no el de 2025. Las grandes potencias emergentes como India, Brasil, Sudáfrica y Nigeria no tienen representación permanente, mientras que Europa mantiene dos asientos permanentes en un consejo de solo 15 miembros.
Los vetos de las grandes potencias han bloqueado soluciones a algunas de las crisis más graves de nuestro tiempo. En la última década, 27 de los 30 vetos emitidos estaban relacionados con decisiones sobre Gaza, Siria y Ucrania, dejando a más de 230 millones de personas necesitadas de ayuda humanitaria.
Pero el Consejo también ha logrado éxitos importantes: ha desplegado fuerzas de paz que han salvado millones de vidas, ha establecido tribunales que han hecho justicia por genocidios, y ha coordinado respuestas globales a amenazas como el terrorismo y la proliferación nuclear.
Para Panamá y la región, entender el funcionamiento del Consejo es fundamental porque las decisiones que ahí se toman pueden determinar si nuestros países viven en paz o enfrentan crisis prolongadas. La presidencia panameña de agosto de 2025 es una oportunidad histórica para que un pequeño país centroamericano influya en el rumbo de la seguridad mundial.
Este mundo está cada vez más interconectado, lo que pasa en una sala de reuniones en Manhattan puede cambiar la vida de familias en Ciudad de Panamá, Puerto Príncipe o Caracas. Por eso, seguir de cerca las decisiones del Consejo de Seguridad no es solo importante: es necesario para entender el mundo en que vivimos.