En junio de 2025, Niza fue testigo de un hito para la gobernanza oceánica global. Panamá, nación bisagra entre dos mares, emergió como actor clave en la Tercera Conferencia de la ONU sobre los Océanos (UNOC3), donde se negoció el futuro de los ecosistemas marinos frente a amenazas como el cambio climático y la sobrepesca. Con una delegación que mezcló diplomacia de alto nivel y expertise científica, el país canalero demostró que su posición geográfica se traduce en liderazgo ambiental. Pero ¿qué implican estos acuerdos para los panameños?
¿Qué es la UNOC3 y por qué es importante para el planeta?
La UNOC3, coorganizada por Francia y Costa Rica, buscó reactivar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 14 (protección de océanos), el menos financiado de la agenda 2030. En un planeta donde el 90% de las especies marinas están sobreexplotadas y 11 millones de toneladas de plástico inundan los mares anualmentes, la conferencia reunió a 190 países para diseñar acciones concretas.
La agenda priorizó tres ejes: concluir tratados multilaterales pendientes (como el contra la contaminación plástica), movilizar USD 10 billones anuales para economía azul sostenible, y fortalecer la ciencia marina. Con 63 jefes de Estado presentes, incluidos líderes de potencias pesqueras como China y Japón, el evento marcó un punto de inflexión tras décadas de declaraciones incumplidas.
¿Cuál fue la participación de Panamá en UNOC3?
La delegación panameña, encabezada por el canciller Javier Martínez Acha, el ministro de Ambiente Juan Carlos Navarro, además de la Embajadora de Panamá en Francia Joanna Villarreal, combinó pragmatismo diplomático y ambición ecológica. Dos movimientos destacaron:
- Propuesta de reserva marina transnacional: Panamá lanzó una iniciativa para crear la primera área protegida de alta mar junto a Colombia, Costa Rica y Ecuador, cubriendo 10 millones de km². Esta «muralla azul» busca salvaguardar el Corredor Marino del Pacífico Este Tropical, vital para especies migratorias como las ballenas jorobadas.
- Red juvenil latinoamericana: El país propuso un mecanismo para incluir a jóvenes en la gobernanza oceánica, replicando el modelo del Centro de Mando Conjunto contra la Pesca Ilegal.
En lo científico, la Dra. Gisselle Guerra (UTP) lideró debates sobre igualdad de género en ciencias marinas y soluciones comunitarias para biodiversidad. Su presencia, respaldada por tres proyectos SENACYT, evidenció la creciente especialización local en hidrodinámica costera.
¿Qué se dijo sobre América Latina y el Caribe en la conferencia?
La región llegó a Niza con una paradoja: alberga el 24% de la biodiversidad marina global, pero el 40% de sus pesquerías están colapsadas. CAF anunció USD 2.500 millones para economía azul, priorizando proyectos que equilibren protección y desarrollo.
Mientras Chile y México enfatizaron la regulación de la minería submarina, Panamá centró su discurso en cooperación transfronteriza y ciencia aplicada. Esta postura contrastó con Brasil, que priorizó acuerdos logísticos para puertos sostenibles. La geopolítica regional muestra fisuras: sólo 8 países caribeños han ratificado el Tratado de Alta Mar, clave contra la pesca ilegal.
¿Cuáles son los resultados concretos de UNOC3 para Panamá?
Los compromisos adquiridos tienen ramificaciones prácticas:
| Acuerdo | Impacto | Riesgos |
|---|---|---|
| Reserva marina transnacional | Acceso a fondos CAF y ONU para patrullaje conjunto | Dependencia de cooperación regional |
| Red juvenil de gobernanza | Capacitación de 500 líderes en diplomacia azul para 2030 | Falta de continuidad en cambios de gobierno |
| Alianza con Francia | Transferencia tecnológica para monitoreo de erosión costera | Condicionalidad en estándares ambientales |
El canciller Martínez Acha aseguró que estos acuerpos «posicionan a Panamá como hub de soluciones oceánicas, no sólo como ruta de tránsito«.
¿Qué acciones posteriores debería tomar el gobierno panameño?
Expertos consultados recomiendan:
- Crear una Autoridad Oceánica Nacional: Unificar las 17 entidades que gestionan temas marinos bajo una estructura con presupuesto propio.
- Implementar el Sistema de Trazabilidad Pesquera: Tecnología blockchain para certificar capturas legales, aprovechando la experiencia del Canal.
- Firmar el Acuerdo de Escazú: Garantizar acceso a información ambiental, clave para comunidades costeras.
- Convertir el Canal en laboratorio de descarbonización: Pruebas piloto con buques propulsados por hidrógeno verde.
La economista marina Valeria Correa subraya: «Panamá puede exportar know-how en logística verde marina. Necesitamos formar 1,000 especialistas en ingeniería oceánica para 2030».
¿Qué mensajes institucionales se deben comunicar a la ciudadanía?
El storytelling oficial debe construir sobre tres pilares:
- Herencia dual: «País de dos océanos, guardianes de un solo mar».
- Ciencia con propósito: Vincular investigaciones como las de la Dra. Guerra con protección de playas turísticas.
- Diplomacia práctica: Mostrar cómo acuerdos como la reserva marina benefician directamente a pescadores artesanales.
La estrategia debe segmentarse:
- Jóvenes: Campañas en TikTok con influencers científicos.
- Sector privado: Certificación «Blue Logistics» para empresas portuarias.
- Comunidades indígenas: Talleres co-diseñados sobre manejo sostenible de manglares.
En 1914, Panamá unió océanos con ingeniería. En 2025, construye puentes diplomáticos para protegerlos. El verdadero desafío no es firmar acuerdos, sino traducirlos en políticas que sobrevivan a ciclos electorales y presiones económicas. Como bien dijo el canciller: «Nuestros nietos no recordarán discursos, sino el estado en que les heredamos los mares«. La UNOC3 fue un primer paso; ahora toca navegar aguas turbulentas con brújula estratégica.
¿Por qué la participación de Panamá marca un punto de inflexión?
La participación de Panamá en la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos (UNOC3) marca un punto de inflexión para su liderazgo en la economía azul porque consolida una visión estratégica que trasciende la conservación ambiental y posiciona al país como referente regional en el desarrollo sostenible basado en el mar. Panamá no solo reafirmó su compromiso con la protección de los océanos, sino que también articuló una agenda que integra la ciencia, la innovación, la inclusión social y la competitividad económica, elementos esenciales para transformar el océano en un motor de empleo, bienestar y resiliencia climática.
En la UNOC3, Panamá destacó por su capacidad de unir la conservación con el desarrollo logístico y la participación comunitaria, presentando ejemplos concretos como la gestión de áreas marinas protegidas, la promoción de la pesca artesanal sostenible y la implementación de pilotos de carbono azul. Además, la delegación panameña aprovechó el foro internacional para ampliar alianzas estratégicas, acceder a nuevos mecanismos de financiamiento —como los fondos anunciados por CAF para economía azul en la región— y fortalecer la cooperación científica, educativa y tecnológica.
Este liderazgo se ve reforzado por la participación activa de Panamá en iniciativas transfronterizas, como el Corredor Marino del Pacífico Este Tropical, y por su capacidad de influir en la agenda global a través de propuestas de gobernanza oceánica y diplomacia ambiental. La presencia panameña en la UNOC3 evidencia una transición hacia un modelo económico donde la salud del océano es inseparable del desarrollo nacional, y donde el país se proyecta como un hub de soluciones innovadoras para la región y el mundo.
La UNOC3 representa para Panamá el salto de una política oceánica reactiva a una visión proactiva y de liderazgo, capaz de atraer inversión, generar empleos verdes, exportar conocimiento y construir alianzas que consolidan su rol como “puente de océanos” y referente de la economía azul en América Latina y el Caribe.
Panamá espera obtener beneficios económicos y sociales significativos tras su participación en la UNOC3, alineando su proyección internacional con oportunidades tangibles para el desarrollo sostenible y la inclusión social.
Beneficios económicos esperados
- Acceso a fondos internacionales y cooperación: La participación activa en la UNOC3 permite a Panamá acceder a nuevos mecanismos de financiamiento para proyectos de economía azul, como los fondos anunciados por organismos multilaterales para iniciativas de conservación marina, pesca sostenible y desarrollo de infraestructura portuaria resiliente. Esto puede traducirse en inversiones directas, generación de empleo y transferencia tecnológica para sectores clave como la logística, la pesca y el turismo costero.
- Atracción de inversión y diversificación económica: Al posicionarse como líder regional en diplomacia oceánica y sostenibilidad, Panamá fortalece su marca país, lo que puede atraer inversión extranjera directa en sectores emergentes de la economía azul, incluyendo energías renovables marinas, biotecnología y servicios logísticos verdes.
- Innovación y desarrollo científico: La cooperación internacional y la participación en redes científicas impulsadas por la UNOC3 ofrecen oportunidades para el desarrollo de capacidades locales en investigación marina, monitoreo ambiental y formación de talento especializado, lo que incrementa la competitividad y el valor agregado de la economía panameña.
Beneficios sociales esperados
- Reducción de desigualdades y mejora del bienestar: El alineamiento con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), especialmente el ODS 14 (vida submarina), impulsa políticas públicas orientadas a la protección de recursos marinos, la seguridad alimentaria y la mejora de los medios de vida de comunidades costeras, indígenas y rurales, tradicionalmente rezagadas en el desarrollo nacional.
- Generación de empleo verde y capacitación: El desarrollo de la economía azul abre nuevas oportunidades laborales en áreas como el turismo sostenible, la gestión de áreas protegidas, la pesca responsable y la educación ambiental, promoviendo la inclusión de jóvenes y mujeres en el mercado laboral.
- Fortalecimiento institucional y participación ciudadana: Los compromisos asumidos en la UNOC3 incentivan la creación de marcos normativos e institucionales más robustos para la gobernanza oceánica, así como la participación activa de la sociedad civil y los sectores productivos en la toma de decisiones y en la vigilancia de los recursos naturales.
La participación en la UNOC3 posiciona a Panamá para transformar su riqueza natural en motores de desarrollo inclusivo, resiliente y sostenible, cerrando brechas sociales históricas y consolidando su papel como puente de océanos y referente de la economía azul en la región.
