Contexto político y electoral de Shirley Castañeda
Las elecciones generales de mayo de 2024 reconfiguraron drásticamente el panorama legislativo panameño, estableciendo una Asamblea Nacional fragmentada sin mayorías absolutas claras. José Raúl Mulino, candidato de la coalición Realizando Metas-Alianza, obtuvo la presidencia con el 34.23% de los votos válidos (778,766 votos), mientras que la composición de los 71 diputados reflejó una distribución diversa: la coalición Vamos (independientes) con 20 curules, Realizando Metas con 14 diputados, el PRD con 13, y Cambio Democrático y Panameñista con 8 cada uno.
En este contexto, Realizando Metas designó por consenso unánime a Shirley Castañeda como su candidata oficial a la presidencia de la Asamblea Nacional para el período que inicia el 1 de julio de 2025. La decisión se formalizó mediante una circular firmada por el jefe de bancada Alaín Cedeño el 24 de junio de 2025, tras una reunión interna del colectivo político.
La relevancia del cargo de presidenta de la Asamblea trasciende lo ceremonial. Este puesto representa la clave del equilibrio de poder entre el Ejecutivo y el Legislativo, ya que quien lo ocupa controla la agenda legislativa, dirige las sesiones plenarias, y tiene influencia directa sobre el proceso de ratificación de funcionarios gubernamentales. En un sistema presidencialista como el panameño, donde los votos necesarios para cualquier decisión legislativa requieren mayoría absoluta (36 votos), la presidencia de la Asamblea se convierte en una pieza fundamental para el funcionamiento del gobierno.
Perfil y recorrido político de Shirley Castañeda
Shirley Castañeda posee una sólida formación jurídica: es licenciada en Derecho y Ciencias Políticas por la Universidad Latina, y se encuentra inscrita en el Colegio Nacional de Abogados desde 2005. Su especialización en derecho penal la ha posicionado como una figura reconocida en el ámbito legal panameño, aunque actualmente no tiene licencia para litigar mientras ocupa su curul legislativa.
En su experiencia legislativa, Castañeda fue electa diputada por el circuito 13-1 de Arraiján y desde julio de 2024 se desempeña como presidenta de la Comisión de Credenciales, Reglamento, Ética Parlamentaria y Asuntos Judiciales. En esta posición estratégica, ha supervisado la ratificación de más de 200 funcionarios directivos de diferentes instituciones gubernamentales, y ha tenido a su cargo el análisis de propuestas legislativas relacionadas con la modificación del Reglamento Interno de la Asamblea Nacional.
Sus vínculos políticos son profundos y estratégicos. Como miembro fundadora de Realizando Metas junto al expresidente Ricardo Martinelli, Castañeda representa una de las figuras más cercanas al exmandatario. Esta cercanía se evidencia en sus recientes viajes a Bogotá, Colombia, donde Martinelli se encuentra asilado, y en su rol como representante legal del expresidente en múltiples procesos judiciales.
Candidatura y negociación política de Shirley Castañeda
El proceso interno de selección de RM privilegió el consenso y la lealtad partidaria. Según fuentes del colectivo, otros nombres que se barajaron incluían a Dana Castañeda (presidenta saliente), pero el hecho de que no estuviera inscrita formalmente en el partido fue un factor determinante a favor de Shirley Castañeda. La decisión contó con el respaldo explícito firmado por Alaín Cedeño y se produjo tras una reunión virtual con Ricardo Martinelli desde Colombia.
El panorama de alianzas revela un complejo ajedrez político. RM, con sus 14 diputados, necesita 22 votos adicionales para alcanzar la mayoría absoluta de 36 votos requerida. Las negociaciones cruzadas incluyen conversaciones con bancadas como el PRD (13 diputados), Cambio Democrático (8), y el Partido Panameñista (8), mientras que la coalición Vamos (20 diputados) ha manifestado su rechazo a respaldar candidatos asociados con Martinelli.
La posible influencia del Ejecutivo en el proceso ha generado especulaciones. Fuentes legislativas no descartan que emisarios del gobierno de José Raúl Mulino estén sondeando apoyos a cambio de compromisos políticos o administrativos, lo que podría inclinar la balanza hacia Castañeda.
Controversias, ataques y defensa de Shirley Castañeda
Las denuncias sobre campañas de difamación han escalado a nivel institucional. El 27 de junio de 2025, Realizando Metas emitió un comunicado denunciando lo que calificó como una campaña sistemática de ataques contra Shirley Castañeda, acusando que se estarían realizando «pagos a personas con el propósito de denigrar a la diputada«. El partido caracterizó estos ataques como un caso claro de violencia de género en el ámbito político.
«Pagar para ofender a una mujer solo porque puede ocupar la presidencia de un órgano del Estado panameño, es sinónimo de temor frente a lo que representa«, señaló el comunicado oficial de RM. El partido advirtió que algunos responsables ya han sido identificados y amenazó con consecuencias, especialmente considerando las deficiencias del sistema de justicia panameño.
La Secretaría Nacional de la Mujer de RM respondió con un llamado a la protección institucional, reafirmando su compromiso con la defensa de los derechos de las mujeres y la lucha contra la violencia de género. Este pronunciamiento buscó visibilizar lo que el partido describe como un patrón recurrente de ataques hacia mujeres que ejercen liderazgo político.
Desafíos y preguntas al futuro de Shirley Castañeda
La presidencia de Castañeda enfrentaría múltiples desafíos institucionales. En materia de transparencia, deberá navegar las tensiones entre su rol como garante de la independencia parlamentaria y su cercanía histórica con Ricardo Martinelli. Su trabajo en la Comisión de Credenciales ya ha sido cuestionado por algunos sectores que ven conflictos de interés en casos donde ha actuado como abogada de figuras posteriormente sometidas a evaluación legislativa.
Las reformas al reglamento interno representan una prueba temprana. El diputado Luis Duke ya ha instado públicamente a Castañeda para agilizar la discusión de al menos tres proyectos de reforma que llevan meses sin avanzar. Estos proyectos, presentados por diputados de diferentes bancadas, incluyen modificaciones sobre disciplina, transparencia y equidad en el manejo legislativo.
Su compromiso con la equidad de género se pondrá a prueba en un contexto donde sería una de las pocas mujeres en ocupar la presidencia de la Asamblea Nacional en la historia democrática reciente de Panamá. Las expectativas incluyen no solo simbolismo, sino políticas concretas que promuevan la participación femenina en la política.
Las preguntas fundamentales que definirán su eventual presidencia incluyen: ¿Cómo garantizará el escrutinio imparcial sobre actos judiciales que podrían involucrar a sus antiguos clientes? ¿Cuáles serán sus principales prioridades legislativas más allá de los intereses de RM? ¿Cómo equilibrará la lealtad partidaria con la independencia institucional que requiere el cargo?
La consolidación de la línea política de RM dentro de la Asamblea podría verse fortalecida con su presidencia, pero también enfrenta el riesgo de generar una oposición más cohesionada entre las bancadas que rechazan la influencia martinellista. Los equilibrios de poder se redefinirán según su capacidad para construir consensos que trasciendan las divisiones partidarias tradicionales.
El proceso de elección del 1 de julio de 2025 no solo determinará el liderazgo legislativo, sino que establecerá el tono de la relación entre poderes durante el quinquenio, convirtiendo a Shirley Castañeda en una figura clave para entender la evolución de la democracia panameña en los próximos años.
