Después de que el electorado estadounidense profundamente dividido le otorgara un segundo período, el presidente Obama hizo un llamado a la unidad y apeló a compartir la esperanza para el futuro del país.
El ex gobernador de Massachusetts Mitt Romney telefoneó al presidente el 7 de noviembre para aceptar la derrota. Tras aceptar la llamada, Obama les dijo a sus partidarios en Chicago que vuelve al cargo “más decidido y más inspirado que nunca para hacer el trabajo que hay que hacer y el futuro que se nos presenta”.
Según informes de prensa, Obama ganó 303 votos electorales y Romney 206, aunque los 29 votos electorales de la Florida todavía no están decididos.
Según el sistema de Colegio Electoral de Estados Unidos, que asigna un número de votos a los estados en función de su población y en base al criterio de otorgar todos los votos al ganador, excepto en Maine y Nebraska, el candidato que obtiene 270 votos electorales se convierte en presidente.
En la contienda electoral del 6 de noviembre Obama pudo ganarse los votos de estados fluctuantes importantes como Ohio, Colorado, Iowa, Pensilvania, Michigan, Minnesota, Virginia y Wisconsin lo que le ayudó a asegurar la victoria, a pesar de la continua preocupación que los estadounidenses tienen respecto al estado de la economía del país.
Obama ganó también alrededor del 50 por ciento del voto popular, comparado con Romney que obtuvo el 48 por ciento.
Al hablar ante sus partidarios en Boston el 7 de noviembre, Romney dijo que Estados Unidos está en “un punto critico” y no puede arriesgarse a tener “peleas partidistas y posicionamientos políticos” como medios para resolver sus desafíos.
“Desearía haber podido cumplir sus esperanzas de llegar a liderar el país hacia una dirección diferente, pero la nación ha elegido a otro líder”, dijo Romney, e instó a sus partidarios a rezar por el presidente y por el país.
“Esta elección se ha terminado, pero nuestros principios continúan. Creo que los principios en los que esta nación se fundó son la única guía para el resurgimiento de nuestra economía y una nueva grandeza”, declaró Romney.
En su discurso, Obama felicitó a Romney y dijo que habían “luchado con fiereza” por la presidencia “porque amamos este país profundamente y nos importa muchísimo su futuro” y comentó que espera hablar con Romney sobre “cómo poder trabajar juntos para hacer avanzar al país”.
El presidente dijo: “La democracia en un país de 300 millones de habitantes puede ser ruidosa, liosa y complicada. Tenemos nuestras propias opiniones, cada uno de nosotros tiene profundas convicciones, y cuando atravesamos tiempos difíciles, cuando tomamos decisiones graves como país, necesariamente se movilizan las pasiones y se produce controversia”.
Pero “estas discusiones que planteamos son la marca de nuestra libertad y nunca podemos olvidar que mientras hablamos aquí, hay personas en países distantes que arriesgan sus vidas en este mismo instante sólo por la oportunidad de dialogar sobre los asuntos que les importan, la oportunidad de emitir su voto como lo hemos hecho hoy”, expresó.
Al apelar a la unidad, el presidente dijo que la diversa población de Estados Unidos, compuesta por varios grupos étnicos, comunidades religiosas, niveles de ingresos, creencias ideológicas, es una “familia estadounidense” que “se alzará o hundirá junta como una sola nación y un solo pueblo”.
La grandeza de Estados Unidos, dijo, viene de que su pueblo acepta sus obligaciones para con los demás y de cara al futuro y “que la libertad por la que muchos estadounidense lucharon y murieron viene acompañada de responsabilidades tanto como derechos, y entre éstas están el amor, la caridad, el deber y el patriotismo”.
Ambos candidatos elogiaron a sus seguidores, donantes a las campañas y voluntarios que ofrecieron su tiempo y dedicación durante muchos meses en la campaña presidencial de Estados Unidos.
“No creo que jamás nunca se haya hecho un esfuerzo en nuestro partido que pueda compararse con el que ustedes han realizado en el curso de los últimos años. Muchísimas gracias”, dijo Romney.
Obama les dijo a sus partidarios que tendrán “la estima de por vida de un presidente agradecido”, y que “No importa lo que hagan o a donde vayan, llevarán el recuerdo de esta historia que hemos creado juntos”.