Una nueva exigencia que revive tensiones históricas
Donald Trump ha hecho un reclamo contundente: los barcos de Estados Unidos, tanto militares como comerciales, “deben cruzar gratis” por los canales de Panamá y Suez. Así lo expresó en su red social Truth Social, argumentando que estas vías “no existirían sin EE. UU.” y ordenando al secretario de Estado, Marco Rubio, que “lo resuelva de inmediato”. Con este nuevo llamado, el expresidente intensifica su campaña para recuperar influencia sobre el Canal de Panamá y reducir los costos que, según él, afectan a la marina estadounidense. Su postura reabre un debate delicado sobre la soberanía panameña y añade presión diplomática en medio de la investigación sobre las tarifas marítimas.

Una orden inmediata y sin matices
Trump lanzó su mensaje la noche del 26 de abril. En mayúsculas, insistió en que los portacontenedores y los buques de guerra estadounidenses no deberían pagar “ni un centavo” al cruzar. Rubio recibió la instrucción de actuar “sin demora”.
Una campaña que comenzó meses atrás
No es sorprendente que haga esta petición. Desde diciembre de 2024, Trump ha estado diciendo que Washington debe “recuperar” el Canal de Panamá, citando la influencia china en dos terminales portuarias cercanas. Para él, eliminar los peajes sería el primer paso.
Acuerdo entre Panamá y EE. UU. para calmar la tensión
Como respuesta parcial a esta presión, el 8 de abril, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, y el presidente panameño José Raúl Mulino firmaron una declaración que reconoce la “soberanía irrenunciable” de Panamá sobre la vía. Sin embargo, ambos gobiernos acordaron buscar “un mecanismo” que compense a los buques militares de EE. UU. por los peajes actuales.
El impacto económico de eliminar los peajes
El tema económico es bastante relevante. Cruzar el Canal de Panamá le cuesta a un megabuque alrededor de 400,000 dólares. La Autoridad del Canal utiliza esos ingresos para cubrir gastos de mantenimiento, salarios y programas sociales. Si EE. UU. dejara de pagar, el canal perdería recursos y eso afectaría directamente a la economía panameña.
Investigaciones abiertas sobre las tarifas marítimas
Además, en marzo, la Comisión Federal Marítima de EE. UU. (FMC) inició una investigación sobre “condiciones desfavorables” en siete rutas, incluyendo Panamá y Suez. Este proceso tiene como objetivo determinar si las tarifas o requisitos locales están perjudicando a la flota estadounidense.
Un reclamo que despierta heridas históricas en Panamá
Panamá ha controlado el Canal desde 1999, después de casi un siglo de administración estadounidense. Para muchos panameños, el reclamo de Trump revive viejas heridas y temores de intromisión. Por otro lado, para los operadores navieros, surge una pregunta práctica: ¿qué pasará con la logística global si un solo país exige un trato preferencial?
La amenaza a los empleos panameños
Los trabajadores del Canal también están preocupados. Más de 8,500 personas dependen de mantener las esclusas y abastecer los buques. Las tarifas que se cobran actualmente sostienen empleos y becas. Un tránsito gratuito para EE. UU. significaría menos ingresos y, por ende, posibles recortes.
Egipto enfrenta un problema similar en el Canal de Suez
En Egipto, donde el Canal de Suez representa el 10% del comercio mundial, la reacción es parecida. Las finanzas públicas dependen de los peajes y el país está atravesando una crisis de divisas. Renunciar a lo que pagan los buques de EE. UU. podría agravar aún más la situación.
Negociaciones complicadas, más allá de las redes sociales
Trump sostiene que “todo esto se puede arreglar rápido” con voluntad política. Sin embargo, sus críticos argumentan que los tratados internacionales no se pueden reescribir con un tuit. Cualquier cambio requerirá negociaciones con Panamá, Egipto y, probablemente, con organismos multilaterales.
Una presión que pone a prueba la soberanía panameña Al final, el mensaje es bastante claro: Trump desea que los barcos de Estados Unidos crucen los canales de Panamá y Suez sin tener que pagar. Esta exigencia, que se ha hecho pública y tiene efecto inmediato, mantiene la tensión sobre la soberanía panameña y sobre los ingresos de ambas rutas interoceánicas. El debate apenas comienza, pero la intención del presidente ha quedado claramente expresada en sus propias palabras.