El nombramiento de Astrid Ábrego como viceministra de Comercio Exterior genera polémica en Panamá por su pasado como vocera de Cobre Panamá.
El reciente nombramiento de Astrid Ábrego como viceministra de Comercio Exterior ha levantado una ola de inquietudes en Panamá. Ábrego, quien anteriormente fue abogada y vocera de Cobre Panamá, una empresa minera envuelta en controversias, ha suscitado temores entre los ciudadanos sobre cómo su pasado podría influir en su nuevo rol en el gobierno.
A pesar de que las autoridades insisten en que no hay conflicto de interés, la percepción pública cuenta una historia diferente. La conexión de Astrid Ábrego con el sector minero, en un contexto de desconfianza hacia las concesiones mineras, ha hecho que su nombramiento sea recibido con escepticismo.
Esta preocupación refleja el descontento que aún persiste tras las masivas protestas contra la minería en 2023.
¿Quién es Astrid Ábrego?
Astrid Ábrego es una abogada con experiencia tanto en el ámbito público como en el privado. Entre 2020 y 2021, se desempeñó como abogada senior en Cobre Panamá y también fue la voz de la empresa en los medios. Su trayectoria incluye roles en diversas áreas del derecho y la gestión pública.
El gobierno de Panamá anunció recientemente su nombramiento como viceministra de Comercio Exterior. El ministro de Comercio e Industrias, Julio Moltó, salió en defensa de su elección, afirmando que Astrid Ábrego cuenta con las credenciales necesarias para el puesto y que las críticas son simplemente “politiquería”.
¿Por qué hay polémica?
La controversia se origina en la relación de Ábrego con Cobre Panamá, que estuvo en el centro de un conflicto minero que desató protestas a nivel nacional en 2023. Ese año, la Corte Suprema de Justicia declaró inconstitucional el contrato entre el Estado y Minera Panamá, convirtiendo la minería en un tema extremadamente delicado para la población.
Muchos panameños sienten desconfianza hacia todo lo relacionado con la minería. Por eso, la idea de que una exabogada de una gran minera ocupe ahora un cargo público genera inquietud.
Aunque el viceministerio que liderará Ábrego no tiene control directo sobre la minería, su cercanía con el Ministerio de Comercio e Industrias, que sí supervisa temas mineros, genera ciertas dudas.
¿Hay un conflicto de interés?
Astrid Ábrego y el gobierno afirman que no existe tal conflicto. Ellos explican que el Viceministerio de Comercio Exterior se centra en tratados comerciales, exportaciones e inversiones, pero no en minería.
Sin embargo, el problema va más allá de lo legal. También se trata de la percepción pública. A menudo, la confianza de la gente no solo se basa en lo que dice la ley, sino en cómo se perciben las cosas. Y en este caso, el hecho de que una exvocera de una empresa minera ocupe un alto cargo en el Ministerio de Comercio e Industrias genera, al menos, desconfianza.
Un contexto delicado Panamá aún siente las secuelas del conflicto minero. En 2023, miles de personas salieron a protestar contra un contrato minero que la Corte Suprema terminó anulando. La defensa del medio ambiente, la salud y la vida prevaleció sobre los intereses económicos de la minería.
En este contexto, cualquier vínculo entre el gobierno y el sector minero es examinado con atención. La población exige transparencia y garantías de que no se repetirá el pasado reciente. Las reacciones Diversos sectores de la sociedad civil, políticos y activistas han manifestado su rechazo al nombramiento de Astrid Ábrego.
Figuras como el exdiputado Juan Diego Vásquez han criticado esta decisión, argumentando que el gobierno debería evitar nombramientos que susciten dudas sobre su independencia frente a intereses privados.
El gobierno, por su parte, asegura que Ábrego actuará de forma imparcial y que su experiencia es un activo valioso para los intereses del país en comercio exterior. Conclusión: un nombramiento bajo la lupa La llegada de Astrid Ábrego al Viceministerio de Comercio Exterior ocurre en un momento muy delicado para Panamá.
Su trayectoria como abogada y vocera de Cobre Panamá genera preocupaciones legítimas entre los ciudadanos.
Aunque legalmente no se ha demostrado un conflicto de interés, la percepción pública cuenta otra historia.
El mensaje principal que se desprende de este caso es claro: en un país que aún está sanando las heridas de un conflicto minero, cada nombramiento debe ser evaluado con sumo cuidado. La confianza de la ciudadanía es frágil, y los antecedentes son importantes.
Astrid Ábrego, como nueva funcionaria, ahora enfrenta el desafío de demostrar con acciones que su gestión será independiente, transparente y en beneficio de todos los panameños.