Organismo advierte, sin embargo, que aún persisten dudas sobre si este repunte será sostenible en el tiempo.
La recuperación de las economías de América Latina y el Caribe de la crisis internacional será más rápida de lo previsto hace algunos meses. Se espera que la región tenga un crecimiento de 4,1% en 2010, según las últimas estimaciones de la CEPAL dadas a conocer hoy.
En su Balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe 2009, la comisión regional de las Naciones Unidas proyecta tasas positivas de crecimiento para la mayor parte de los países, pero explica que persisten dudas sobre si la recuperación será sostenida en el tiempo, ya que el escenario externo aún genera incertidumbre y podría afectar las expectativas de crecimiento de la región.
“Lo peor de la crisis ha quedado atrás. Los motores del crecimiento ya se encendieron nuevamente, pero no se sabe cuánto nos durará el combustible”, advirtió Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, al dar a conocer el informe.
La reactivación será más notoria en América del Sur y Centroamérica (excluyendo México), que alcanzarían el próximo año tasas de crecimiento de 4,7% y 3,0%, respectivamente, mientras que en El Caribe el repunte sería menor (1,8%).
Según las proyecciones de la CEPAL, Brasil encabezará la lista de los países que más crecerán en 2010, con una expansión estimada de 5,5%. Le seguirán Perú y Uruguay (5% cada uno), y Bolivia, Chile y Panamá (4,5%), mientras que Argentina y Suriname crecerán 4,0%.
México, en tanto, crecerá 3,5%, al igual que Costa Rica y República Dominicana.
El informe señala que la salida de la crisis ha sido más expedita gracias a un conjunto de políticas contracíclicas que permitieron enfrentar eficazmente las turbulencias externas, como la reducción de las tasas de interés, el aumento en la participación crediticia de la banca estatal, la expansión del gasto público y la aplicación de una variada gama de programas en el área social relacionados a subsidios al consumo e iniciativas de apoyo a las familias pobres.
El informe de la CEPAL analiza además en detalle la evolución de las economías en 2009, período en que la crisis impactó con dureza a los países y puso fin a un ciclo de seis años de crecimiento económico en América Latina y el Caribe. Indica que la región cerrará 2009 con una contracción en su crecimiento de 1,8% -menor al -1,9% pronosticado en julio pasado-, lo que implica que el PIB por habitante caerá alrededor de 2,9%.
El desempleo también sufrirá un aumento con respecto a 2008. Se estima que en 2009 llegará a un 8,3% (menor al pronosticado a inicios de año, de 9,0%) de la población activa regional, con un deterioro en la calidad de los puestos de trabajo generados.
En 2009, las mayores caídas en la actividad económica se registrarán en México y en algunos países de Centroamérica y el Caribe. En general, se proyectan tasas positivas para el promedio de América del Sur, con la excepción de Chile, Ecuador, Paraguay y Venezuela. En todo caso, la totalidad de los países registró diferencias significativas entre las tasas de crecimiento observadas entre 2004 y 2008 y las del año 2009.
Para 2010, las mejores expectativas de crecimiento y el alza en los precios de algunos productos básicos que la región exporta permitirían un aumento en los ingresos públicos de la región, con la consecuente mejoría del saldo fiscal.
De igual modo, a medida que el crecimiento se consolide podría apreciarse una aceleración inflacionaria moderada que podría dar lugar a, tal vez hacia el final del año, algún endurecimiento de la política monetaria de los bancos centrales de los países.
El informe agrega que el crecimiento de la economía permitirá también un aumento de la tasa de ocupación y probablemente una mejora de la calidad del empleo. Se estima que la tasa de desempleo podría bajar hasta cerca de un 8% en 2010, situándose así a medio camino entre los niveles pre y post crisis, lo que tendría, a su vez, un efecto positivo sobre los indicadores de pobreza.
Pero más allá del corto plazo, la CEPAL recalca que la actual crisis dará lugar a profundos cambios en el escenario internacional que van a generar un entorno menos favorable al crecimiento que el que nuestra región enfrentó entre 2003 y 2008.
Esto crea la necesidad urgente de redefinir patrones de especialización productiva y comercial, incentivando la innovación, la incorporación de conocimiento y la diversificación de productos y la búsqueda de nuevos mercados de destino, con una alta participación de los países asiáticos.
Asimismo, es necesario redefinir el rol del Estado y dotarlo de los recursos e instrumentos para prevenir y combatir las crisis, pero también para promover un desarrollo económico y social sostenible.