Por: Miguel Antonio Bernal / Candidato a la Alcaldía
La ciudad que yo quiero, es una ciudad bonita, alegre y digna. Concibo la ciudad de Panamá como la oportunidad de demostrarnos como panameños, que la ciudad que usted y yo queremos puede ser mejor.
Cuando hice pública mis aspiraciones para la Alcaldía, encontré todo tipo de reacciones, desde el apoyo más entusiasta, hasta el cuestionamiento de mis adversarios. Para mí ambas fueron importantes. El cuestionamiento, porque me ayuda a mejorar y verificar las cosas que hay que corregir; y por otro, el apoyo decidido de un grupo de ex alumnos, amigos, familiares y colegas, que hoy se ve refrendado por redes de apoyo ciudadano.
Para los que me apoyan, y también para los que apoyan otras candidaturas, yo quiero una ciudad justa, donde el Municipio de Panamá sea un ente competente, calificado y serio. En la ciudad que yo quiero, nuestros jóvenes y niños admiran a los mayores y dejan a un lado los antivalores contra la tercera edad. Quiero una ciudad donde los residentes de Mañanitas, al igual que todos los habitantes de la capital, tengan agua siempre, sin humillaciones.
En la ciudad que yo quiero, realizar un trámite ante el municipio es un servicio público, no un acto de mendicidad, ni la oportunidad para una coima. Es aplicar las leyes por igual sin que el ciudadano sienta temor alguno.
En la ciudad que yo quiero, hay deportes, cultura y educación de primera, para todos, sin distinción, apoyando las escuelas oficiales y particulares, donde nuestra sociedad viva libre de pandillas y drogas. El anhelo de cada panameño, es vivir en paz y armonía, sin pleitos.
En la ciudad que yo quiero, se respeta el derecho de terceros, se regula la instalación de bares y discotecas, seriedad en el otorgamiento de los permisos de construcción y se juega limpio, con las reglas que la Ley establece.
En la ciudad que yo quiero, hay un cableado soterrado y aceras donde la gente puede caminar. Mi proyecto de ciudad contempla que corregimientos como Alcalde Díaz-Las Cumbres sean transformados realmente para que los peatones no sean de dos clases: Los rápidos y los heridos.
En la ciudad que yo quiero, habrá un árbol por cada alumno, una cultura de preservación del medio ambiente, donde los más pequeños aprenderán a amar y cuidar su tierra, que también es la tierra de los que están por venir.
En la ciudad que yo quiero, hay calidad de vida, el panameño o el extranjero se sienten respetados y valorados, orgullosos de vivir en la capital.
En la ciudad que yo quiero, la Ley se cumple y la democracia prevalece. Para ello, estoy trabajando, estudiando y sobre todo caminando las comunidades, escuchando, educando y no politiqueando.