Por: Dagoberto Sandoval – KW Continente
El candidato de la oposición derechista, el multimillonario Sebastián Piñera, se impuso claramente el domingo en las elecciones presidenciales de Chile sobre el abanderado oficialista, el ex mandatario Eduardo Frei, pero sin alcanzar el 50 por ciento necesario para evitar una segunda vuelta del 17 de enero. Contabilizado el 98.32 por ciento de los sufragios emitidos, Piñera obtuvo el 44.03 por ciento de los votos. Piñera 60 años, un economista con un doctorado en Harvard, también pasó a la segunda vuelta en las pasadas elecciones presidenciales del 2005 junto a la socialista Michelle Bachelet, que lo derrotó por siete puntos.
Frei, un ingeniero civil de 67 años que gobernó de 1994 al 2000, sigue más atrás con un 29.62 por ciento. El diputado Marco Enríquez-Ominami obtuvo un 20.12%, y el ex socialista Jorge Arrate, que representa a una coalición liderada por los comunistas, un 6.21%. Enríquez-Ominami, de 36 años, abandonó el Partido Socialista en junio porque le prohibieron participar en las primarias que convirtieron a Frei en el abanderado oficialista. La aventura electoral de Enríquez-Ominami, que vivió exiliado en París hasta los 13 años, restó votos a Piñera y a Frei y congregó a los descontentos con la concertación oficialista, en el poder desde 1990. “Esta elección es mucho más sobre quién dirigirá el país que sobre la dirección que tomará el país. La gran sorpresa de esta elección es que todos los candidatos están proponiendo políticas bastante similares”, dijo a la AP el analista y académico Patricio Navia. Junto con la elección presidencial, se renovó la totalidad de los 120 diputados y la mitad fe los 36 senadores. Por primera vez en 36 años los comunistas retornarán al congreso producto de un pacto con el oficialismo, que se tradujo en que la coalición gobiernista no postuló candidatos donde lo hizo el Partido Comunista.
Hemos roto la exclusión, ese es un gran triunfo”, dijo feliz Arrate. El presidente del PC, Guillermo Teillier, uno de los diputados comunistas ganadores, y el propio Arrate habían anticipado que si rompían la exclusión, apoyarían a Frei en la segunda vuelta. Enríquez-Ominami rechazó un llamado de Frei y de Arrate a formar una alianza con miras a la segunda vuelta para evitar la llegada de Piñera al poder, y dejó en libertad de acción a sus seguidores. “Se hace imposible que abuse de la confianza que me han dado, no tengo ninguna posibilidad, por una convicción, porque me nace del alma, llamar a endosar votos a otro candidato, no lo haré , eso está esperando la vieja política, señales que no va a recibir”, declaró. Añadió que “Eduardo Frei y Sebastián Piñera se parecen demasiado”. Simultáneamente, Frei llamaba desde un céntrico hotel a los partidarios de Arrate y de Enríquez-Ominami a que lo apoyen en la segunda vuelta.
Piñera, desde otro hotel del centro, dijo que recibe esta noche de triunfo “con mucha humildad quiero agradece a todos los candidatos… los llamo a entender que esta victoria nos pertenece a nosotros, a todos los chilenos, a los gente humilde, a la clase media porque son ellos los que necesitan nuestro apoyo”. Los analistas coinciden en que los votos obtenidos por Enríquez-Ominami se repartirán, más o menos, en un tercio para Piñera y dos tercios para Frei, quien además sumaría los votos de los comunistas, lo que convertiría la segunda vuelta en un evento muy reñido. “La segunda vuelta…va a ser igual que las dos últimas presidenciales: muy estrecha, muy cerrada, con la única diferencia que por primera vez, la primera posibilidad la tiene un candidato opositor”.