La Caja de Ahorros (CA) sustentó un presupuesto de 337 millones de balboas para el próximo año, de los cuales 245 millones serán destinados para inversiones y préstamos, reveló el gerente general de la institución, Jayson Pastor.
El funcionario precisó ante la Comisión de Presupuesto de la Asamblea que del total de las inversiones 120 millones de balboas serán para la colocación de préstamos hipotecarios con el fin de que más de 2,000 familias puedan adquirir una vivienda en el 2010.
Pastor señaló que el banco seguirá apoyando con políticas sanas el financiamiento de viviendas de valor de hasta 30,000 balboas a través del Fondo de Vivienda Social anunciado por el gobierno nacional.
Indicó que el banco tiene una participación del 20% en el mercado de interés preferencial, por lo que se proyecta seguir manteniendo el liderazgo en este rubro.
Agregó que la CA tiene una cartera de 25,000 clientes en cuanto a préstamos hipotecarios, por lo que la mayor cantidad del presupuesto de inversión es destinado para esa área.
En el caso de los préstamos personales, dijo Pastor, se va a analizar cómo se puede incrementar el segmento de jubilados ante una serie de restricciones existentes para evitar el endeudamiento de las personas de la tercera edad.
Afirmó que en los préstamos de consumo, la cartera de los jubilados ha disminuido por las limitaciones aplicadas para que sólo se pueda endosar el 50% de los cheques de pensiones, en vez del 75% que se permitía anteriormente.
Por su parte, el diputado opositor Gabriel Méndez recomendó a la Gerencia de la CA explorar y explotar el mercado de préstamos hipotecarios de viviendas entre 18,000 y 30,000 balboas, que corresponde al sector informal.
“Para el panameño humilde, lo más importante es tener su vivienda”, agregó el parlamentario.
No obstante, el Gerente de la CA dijo que el banco tiene que ser un tanto cauteloso con la economía informal en cuanto a recuperación de los préstamos porque estos ciudadanos no cuentan con una serie de requisitos, como talonarios de trabajo y seguro social, por no poseer un trabajo permanente.