El crimen transnacional organizado y el colapso de los Estados son los mayores desafíos a la paz y a la seguridad que enfrentan los países por lo que hay que poner atención al trasiego de armas pequeñas y ligeras que alimentan la criminalidad y los conflictos por doquier, dijo este miércoles, Samuel Lewis Navarro, primer vicepresidente y canciller de la República,
Lewis Navarro, quien participó en Nueva York, en el debate temático en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre el fortalecimiento de la seguridad colectiva mediante la reglamentación general y la reducción de armamentos, aseguró que “el tráfico ilícito de armas es uno de los principales desafíos contemporáneos a la paz y la seguridad internacionales”.
El Canciller Lewis Navarro dijo que “en la Cumbre del año 2005 nuestros mandatarios adoptaron un enfoque multidimensional sobre la seguridad al vincular la seguridad, los derechos humanos y el desarrollo.
Ese mandato obliga a “realizar mayores esfuerzos multilaterales para lograr el desarme y la eliminación de armas de destrucción masiva, y con ello, limitar los gastos militares para adecuar las capacidades a las legítimas necesidades de defensa y seguridad”, agregó.
Lewis Navarro indicó también que a fin de contribuir a este propósito a nivel local, el gobierno encabezado por Martín Torrijos Espino ha promovido una legislación para un mayor control de esta actividad en el país.
El diplomático advirtió que el comercio ilegal de armas pequeñas y ligeras representa un cuarto de su comercio global, gran parte del cual se dirige hacia situaciones en conflicto.
Este comercio ha empeorado los graves problemas sociales, sus secuelas y su efecto acumulativo en el número de muertos, heridos y en el costo social que éstas han infringido son “suficientemente preocupantes para instarnos, de forma decisiva, a actuar y poner coto a este flagelo que amenaza a la humanidad”, indicó.
El Consejo de Seguridad ha atendido muchas veces esta situación mediante embargos de armas y ello, efectivamente, ha servido para aminorar el número de víctimas, recordó.
Lewis Navarro también observó que en relación con las armas pequeñas y ligeras, sólo hay un plan de acción no vinculante en el cual participan poco más de dos terceras partes de los Estados Miembros de la ONU.
“Esta iniciativa será insuficiente hasta tanto los Estados productores de armas pequeñas y ligeras acaten estas disposiciones por medio de un instrumento vinculante, que otorgue mayor eficiencia y efectividad a la lucha en contra del tráfico ilegal de armas”, precisó.
Lewis Navarro instó a los Estados a realizar esfuerzos y adoptar controles de gran magnitud sobre la producción de armas pequeñas que permitan su rastreo
“Panamá, un país donde conviven en paz y armonía personas de distintas razas, religiones y culturas, no puede dejar de procurar el fortalecimiento de los mecanismos multilaterales de seguridad colectiva y del Estado de derecho”, indicó Lewis Navarro.
Discurso
Intervención del Vicepresidente y Ministro de Relaciones Exteriores de la República de Panama, S.E. Samuel Lewis Navarro, durante el Debate temático en el Consejo de Seguridad
“Fortalecimiento de la seguridad colectiva mediante la reglamentación general y la reducción de armamentos”
Nueva York, 19 de noviembre del 2008
En primer lugar felicito al Presidente de Costa Rica por esta iniciativa. Panamá, un país donde conviven en paz y armonía personas de distintas razas, religiones y culturas, no puede dejar de procurar el fortalecimiento de los mecanismos multilaterales de seguridad colectiva y del Estado de derecho.
En la Cumbre del 2005 nuestros mandatarios adoptaron un enfoque multidimensional sobre la seguridad al vincular la seguridad, los derechos humanos y el desarrollo. Esto nos obliga a realizar mayores esfuerzos multilaterales para lograr el desarme y la eliminación de armas de destrucción masiva, y con ello, limitar los gastos militares para adecuar las capacidades a las legítimas necesidades de defensa y seguridad.
Sin embargo, en la actualidad, los mayores desafíos a la paz y la seguridad internacionales no provienen de guerras entre los Estados ni de conquistas territoriales, sino de conflictos internos, el crimen trasnacional organizado y el colapso de los Estados. Por ello, mayor preocupación debe recaer en el continuo trasiego de armas pequeñas y ligeras que alimentan la criminalidad y los conflictos armados por doquier. Este tráfico ilícito de armas es uno de los principales desafíos contemporáneos a la paz y seguridad internacionales. Su comercio ilegal representa un cuarto de su comercio global, gran parte del cual se dirige hacia situaciones en conflicto. El Consejo de Seguridad ha atendido muchas veces esta situación mediante embargos de armas y ello, efectivamente, ha servido para aminorar el número de víctimas. No obstante, otra parte significativa de este comercio ha servido para empeorar estos graves problemas sociales. Sus secuelas son más devastadoras y mortíferas que las atribuidas a las armas de destrucción masiva: su efecto acumulativo en el número de muertos, heridos y en el costo social que éstas han infringido son suficientemente preocupantes para instarnos, de forma decisiva, a actuar y poner coto a este flagelo que amenaza a la humanidad.
La comunidad internacional ha logrado varios acuerdos internacionales con el fin de evitar la proliferación de armas de destrucción masiva que han permitido incrementar significativamente la cooperación internacional. Sin embargo, en relación con las armas pequeñas y ligeras, contamos por ahora con sólo un plan de acción no vinculante en el cual participan poco más de dos terceras partes de los Estados Miembros. Esta iniciativa será insuficiente hasta tanto los Estados productores de armas pequeñas y ligeras acaten estas disposiciones por medio de un instrumento vinculante, que otorgue mayor eficiencia y efectividad a la lucha en contra del tráfico ilegal de armas. Por nuestra parte, a fin de contribuir a este propósito a nivel local, el gobierno de Su Excelencia Martín Torrijos Espino, Presidente de Panamá, ha promovido legislación para revestir de mayor control a esta actividad en nuestro país.
Pero estas iniciativas no son suficientes. Dada la magnitud del impacto de las armas pequeñas y ligeras, es injustificable la falta de esfuerzos, de igual magnitud, en materia de producción y tráfico de armamentos. Sin regulación y monitoreo internacional no será posible reducir el impacto global de la venta legal de armas. Así como existen controles sobre la producción y trasiego de los materiales nucleares, también debe existir un control sobre la producción de armas pequeñas que permitan su rastreo. Es necesario consultar cómo lograr estándares normativos compatibles y diseñar bases de datos globales a fin de intercambiar información entre entidades regulatorias.
Bien sabemos que la Carta de Naciones Unidas reconoce a los Estados Miembros el derecho a la legítima defensa pero frenar el tráfico ilegal de armas o reglamentar su comercio lícito no disminuye de forma alguna esta atribución. Las
regulaciones que puedan dictarse o las medidas que puedan adoptarse no interferirían con el derecho de los Estados a defenderse de la delincuencia interna o internacional.
Por último, no podría concluir sin reconocer los esfuerzos que Ud., Señor Presidente, viene realizando para resaltar la trascendencia de este tema a nivel nacional e internacional, y solo nos queda esperar que aquellas rindan los frutos deseados.