Los políticos nos debemos al pueblo, a las comunidades que nos han elegido para que seamos sus voceros, intermediarios y defensores. En los barrios las preocupaciones del día a día son el costo de vida, las oportunidades, una mejor educación de sus hijos, mejores empleos y una mano dura de las autoridades policiales y judiciales contra la delincuencia.
Soy un diputado opositor que viene de abajo. Representó a San Miguelito, pero también al Chorrillo, a Santa Ana, a Bugaga, a Changuinola, a las comarcas indígenas, a Colón y a todos los panameños que esperan que los diputados luchemos por sus derechos y nos preocupemos por sus necesidades.
Hago este énfasis porque he decidido darle un visto bueno a la segunda vuelta electoral en Panamá, la famosa segunda ronda o balotaje.
Que no quede duda que el PRD ganará las elecciones del año 2014, con o sin segunda vuelta. La segunda vuelta no da una victoria o una derrota, pero le garantiza al pueblo sus derechos y su decisión mayoritaria.
La segunda vuelta no es un demonio. Ni siquiera es un cortapisa o una amenaza al PRD o a las fuerzas opositoras o independientes. El que cree que el gobienro saca ventaja tiene un análisis simplista y alejado de la realidad.
El sistema electoral no vota, es el pueblo, la masa, el gueto, el panameño de a pie, el que me eligió y puso en la Asamblea Nacional a nosotros los diputados.
Estoy convencido y también la gran mayoría de los diputados que la clase política tendrá a partir de ahora, que construir consensos para los temas de interes nacional, los llamados temas de Estado: la educación, seguridad pública, el manejo de la Caja del Seguro Social y la situación de los hospitales públicos, donde siempre faltan suministros o medicamentos.
Quiero insistir que estoy haciendo uso de mi derecho individual, pero también de compromiso colectivo con una iniciativa legislativa que consideró buena para el futuro de la democracia y el sistema electoral.
Por eso reclamo y sigo insistiendo que mi partido, el PRD, tiene que comenzar a revisar uno a uno sus errores y comenzar a interpretar la voz del pueblo, las demandas del pueblo, las aspiraciones del pueblo.
Los educadores están luchando contra un sistema y un estilo de dirección en el ministerio de educación y nosotros, que nacimos de una alianza directa con el pueblo no los escuchamos.
Así mismo está ocurriendo con los médicos, los transportistas y el resto de la sociedad.
La segunda vuelta no es enemiga del pueblo, ni de los diputados, ni de la oposición, ni del PRD. Lo que nos dice es que quien no sea elegido con el 50 por ciento de los votos, debe someterse con su más cercano rival a una segunda votación. Eso es la segunda vuelta, una consulta directa con el pueblo.
Lo más seguro que hoy y mañana algunos políticos interesados, oportunistas o acostumbrados a manipular la verdad, intentarán descalificarnos ante la opinión pública.
Vamos a defendernos y a explicar, sin ambiguedades, ni discursos manipulados cada una de nuestra actuaciones, porque lo hacemos con responsabilidad y pensando en los mejores intereses de nuestro pueblo.
El pueblo es sabio. Como dirigente de la oposición insisto que nosotros y en especial los diputados del PRD tenemos que comenzar a entender que para ganar en las urnas, la alianza, la yunta con el pueblo se gana en los barrios, con trabajo y sobre todo con la verdad.
El General Omar Torrijos nos enseñó que no hay bala que pueda matar una idea y nos dijo que para que el pueblo nos quiera, hay que servirle al pueblo.
La segunda vuelta no es un demonio. El que dice eso para atacarnos a los que creemos que un sistema, una institución que nos ayudará a fortalecer la democracia, vive en otro siglo.
La segunda vuelta nació en el siglo XlX, en 1852 durante el segundo imperio de Napoleón Tercero.
La segunda vuelta es ya una fuerte institución electoral en Argentina, Colombia, Chile, Costa Rica, Ecuador, Francia, Perú y Uruguay y cada uno de estos países tiene sus propia variaciones.
La segunda vuelta confirma la legitimidad de un candidato, un partido y un gobierno que no logre la mayoría de los votos en comicios generales y presidenciales.
Nosotros, los dirigentes del PRD estamos convencidos que vamos ganar, en unidad y con una firme alianza con todo el pueblo, las elecciones del año 2014, sin necesidad de recurrir a la segunda vuelta, porque los actuales gobernantes han demostrado incapacidad e ineptitud para revolser los problemas del pueblo.
Vamos a sepultar a estos señores del gobierno y a sus partidos, con el arma eficaz y poderosa que tiene el pueblo: el voto.
Tenga plena certeza que así será.
Diputado Raúl Pineda