Por: René Hernández
Es la pregunta que me vengo haciendo desde hace 37 años. Y es que un día como hoy, pero, en 1981 nos enteramos de que el general, Omar Efraín Torrijos Herrera, había partido desde Penonomé hacia Coclesito Era un viaje corto de apenas unos 8 minutos. Horas después se conoció la información. El avión un DeHavilland Twin Otter (DHC-6) de la Fuerza Aérea Panameña, se estrelló el viernes 31 de julio de 1981.
En esa época me desempeñaba como reportero productor de noticias de RPC Televisión. Era el medio que mantenía la mayor audiencia debido a la pericia y profesionalismo de un equipo dirigido por el finado periodista, Justo Fidel Palacios. De inmediato le dije que contratáramos un helicóptero para ir al teatro de los acontecimientos. Se trataba del cerro Marta, ubicado en una zona boscosa en la provincia de Coclé. El asombro fue grande cuando, por instrucciones de la seguridad panameña, con la consejería del Comando Sur, se prohibió el acceso al área.
Esta reacción provocó un malestar en el personal de la planta televisora. Ante las insistencias se armó un viaje coordinado por el procurador general de la nación de esa época, el desaparecido, Olmedo Miranda. Pasaron 15 días después del siniestro. Proveyó a Canal 4 de un helicóptero del Servicio Aéreo Nacional. Me acompañaban el camarógrafo, Samuel Valdelamar y varios miembros de la seguridad nacional. Con algunas pericias del piloto llegamos a un sitio donde la nave pudo aterrizar. Nos tocó cargar parte del equipo de filmación por un sitio empinado y con una vegetación espesa.
La primera impresión que tuve fue que el sitio fue preparado, maquillado. Guardé silencio. Vivíamos una era donde los periodistas con vocación e independencia debíamos manejarnos con mucha sutileza. En todo momento éramos vigilados por dos miembros de la seguridad del Estado. A lo lejos divisé a una persona que parecía ser un campesino del área. Le dije a, Samuel Valdelamar, que como pudiera se fuera cerca, como si estuviera filmando escenas, para recrear la información. En pocas palabras, para despistar a quienes no nos perdían pisadas.
Entrevistamos al campesino. Lo recuerdo delgado, de un metro 70, con un sombrero de paja puesto con ese doblez al estilo del hombre que personificaba la publicidad de un cigarrillo. Luego de romper el hielo comenzó el rodaje de la entrevista. A ver, cuéntenos, ¿qué fue lo que ocurrió? Al principio el hombre no quería hablar. Tragaba lento, pero fuerte. ¿Es verdad que el avión se estrelló con ese cerro? Mientras preguntaba señalaba al imponente accidente geográfico que se encontraba frente a nosotros. Como por arte de magia, el señor empezó a soltar. “Escuché dos explosiones; una fue en el aire; vimos como una especie de nave espacial que arrojaba muchas luces, seguido de una gran bulla”, expresó. “Al poco rato se escuchó otro ruido de algo que se caía con mucha brusquedad”, afirmó.
¿Sería ese ruido producto del impacto de la aeronave con la punta del cerro? Nuestra fuente dudó al responder. Manifestó que él vio una bola de fuego, pero, le parece que no hubo un impacto con el cerro. Quería seguir con la entrevista, pero, al divisar que uno de los miembros de la seguridad se acercaba, le dije a Samuel que siguiera filmando la vegetación. Cambié el tema e inicié un diálogo sobre la vida del hombre en el campo y lo abordé sobre cómo hacía para sobrevivir en un lugar como ese.
También debo destacar que la fuente me relató, fuera de cámara, que antes de la llegada de nosotros, vio a muchas personas por el sector, limpiando, midiendo y tomando fotos. Mucho se habla de esos hechos, algunos lo asocian con un atentando. Hasta el hermano mayor de Torrijos, Moisés, indicó, en vida, que a Omar Torrijos Herrera lo había asesinado mediante un atentado.
Ese mismo año, pero dos meses y medio antes, murió en similares circunstancias el presidente de Ecuador, Jaime Roldós. De quien también se acusa a los aparatos represivos de Los Estados Unidos. En el caso de Torrijos se relacionó el accidente con unas supuestas negociaciones de los japoneses para construir un canal a nivel. Le enciclopedia virtual, Wikipedia nos narra lo siguiente: “John Perkins relató en su libro “Confesiones de un sicario económico” que la muerte de Torrijos no fue accidental. Según Perkins, Torrijos fue asesinado por la agencia de Inteligencia norteamericana (CIA) quienes se oponían a las negociaciones entre Torrijos y un grupo de empresarios japoneses liderados por Shigeo Nagano que proponían la construcción de un canal a nivel por Panamá.
Sin embargo, los documentos relacionados con el accidente desaparecieron durante la invasión de Panamá por los EEUU en 1989. En audiencias previas al juicio de Manuel Antonio Noriega, en Miami en mayo de 1991, el abogado de Noriega, Frank Rubino, dijo: “El general Noriega tiene en su poder documentos que demuestran los atentados sufridos por él y Torrijos, todo orquestado por agencias del Gobierno de Estados Unidos”. Los documentos no fueron aceptados como evidencia en el tribunal debido a que el juez concordó con el Gobierno estadounidense en que la mención pública de dichos documentos violaría el acta pública de procedimientos sobre información clasificada. Torrijos murió poco después de la instalación de Ronald Reagan como presidente de Estados Unidos y justo tres meses después de que el presidente ecuatoriano Jaime Roldós Aguilera muriera en circunstancias similares.
¿Qué le ocurrió a Torrijos? La respuesta se la dejo en sus manos, pero, lo cierto es que como testigo de la historia siento que no se ha contado lo que en realidad pasó. Noriega se llevó esa respuesta; mientras muchos esperaban, con ansias, las revelaciones, este enfrentó sus actos y murió con el pundonor de un militar.