En la 64 Asamblea General de las Naciones Unidas
Los panameños consideramos muy acertada su elección para presidir el actual período de Sesiones de la Asamblea General de la ONU.
Sabemos que tiene usted la visión y el liderazgo para guiar a las naciones aquí representadas.
También quiero agradecer al Secretario General de las Naciones Unidas, por su insistencia en el diálogo por la paz, la seguridad, y la pacífica convivencia entre pueblos y hermanos.
Ayer finalizó la cumbre sobre el cambio climático. Felicito a todas las naciones por el esfuerzo solidario para enfrentar la crisis del calentamiento global.
La belleza, los recursos, la biodiversidad y nuestro patrimonio histórico universal, están en peligro.
El calentamiento global es la expresión más grave de la crisis creada por excesos en la explotación de recursos.
Necesitamos aplicar nuevas fórmulas, cambiar nuestro comportamiento y valorar nuestra relación con la naturaleza.
Las opciones son claras: podemos hablar o podemos actuar.
Si no actuamos con responsabilidad global, las consecuencias serán irreversibles.
Señor Presidente:
Hace 3 millones de años el istmo de Panamá emergió del fondo del mar.
Somos uno de los países más jóvenes de la tierra. Al nacer nos convertimos en un puente de tierra entre Norte y Suramérica, y en el punto más angosto entre el océano Atlántico y el océano Pacifico.
Panamá separó los mares para conectar continentes, y generó una nueva red global de corrientes marinas, que cambió el clima de todo el planeta.
El mundo entero cambió cuando nació Panamá.
Todas las formas de vida que hay sobre el planeta hoy en día, son el resultado de un proceso de evolución que se adaptó a nuestro nacimiento.
Las grandes sabanas y desiertos africanos surgen de esos cambios, y en esas nuevas sabanas, evolucionó el hombre moderno.
Señor Presidente:
Desde siempre los panameños hemos jugado un papel importante para nuestros vecinos y el mundo.
En estos cinco años, nos toca demostrar cómo nuestro modelo económico y de gobierno puede ser un ejemplo para todos los que aspiran prosperidad y progreso.
Soy un empresario, no un político. He incursionado en la política para cambiar la manera de hacer las cosas.
Soy un hombre simple y directo. Yo creo que el tiempo es corto y vale oro.
Voy a tomar mis experiencias en el sector privado y ponerlas a trabajar en el gobierno.
Llegamos a la presidencia con un mandato sin precedente.
Los panameños me dieron un mandato claro para traer cambio a nuestro país, para que un mejor Panamá le llegue a todos.
Vamos a poner los intereses del pueblo primero. Por encima de los intereses personales o partidistas.
Porque un país es más importante que un partido político.
He escogido a los mejores para que trabajen en el gobierno, sin importar si son de oposición o independientes.
Empezamos este gobierno en medio de una crisis.
Hace menos de un año vimos cómo el sistema financiero internacional se desplomó. El modelo económico del mundo cambió para siempre.
Nuestro norte es mejorar la calidad de vida de nuestro pueblo.
En menos de 100 días aumentamos el salario a toda la fuerza pública y distribuimos 100 dólares mensuales a los viejitos mayores de 70 años, que no cuentan con una jubilación y requieren esa ayuda económica.
Vamos a construir un metro. Ese va ser el programa de empleo más grande en la historia de Panamá, después de la expansión del canal.
Hemos empezado un proyecto de construcción de viviendas populares, que no solo va a dar un techo seguro a miles de panameños, sino que va a crear empleos en tiempos de crisis.
Las promesas que hicimos son algo que el pueblo exige. Pero más que eso, son parte del plan que necesitamos para ayudar a nuestra economía.
América es un continente de reciente población.
Panamá fue el puente a través del cual los primeros indígenas llegaron a Suramérica.
Ahí edificaron grandes culturas y civilizaciones como los Incas y los Chibchas.
Cuando llegaron los españoles, inmediatamente convirtieron nuestro país en el centro del comercio entre sus colonias.
Cuando Panamá se separó de España, se creó el primer ferrocarril del mundo entre el Atlántico y el Pacífico, que nos llevó a la construcción de nuestro canal.
Hoy somos la llave de paso de la economía mundial.
Somos un país pequeño, con menos de tres y medio millones de habitantes y los servicios representan más del 75% de nuestro producto interno bruto.
Nuestra moneda es el dólar. Tenemos un centro bancario y financiero sólido, conservador y estrictamente regulado.
La Zona Libre de Colón es la más grande del hemisferio gracias a que tenemos la ruta marítima comercial más importante del mundo, lo que nos hace el centro logístico más eficiente de América.
Empezamos la construcción de un tercer juego de esclusas, para ampliar el canal de Panamá, con lo que se abre una gran compuerta al comercio internacional.
Panamá es el sitio ideal para invertir, establecer empresas y para vivir. Vamos a convertir a Panamá en el Hong Kong o Dubai de América.
Dentro de la nueva Área Económica Panamá-Pacífico, las leyes laborales y migratorias son amigables y flexibles.
En todo el territorio nacional, los incentivos para inversionistas son fantásticos.
Nuestro espíritu de servicio y de puertas abiertas, hacen de Panamá un lugar divertido, excitante y de verdaderas oportunidades.
A pesar de la crisis, Panamá está creciendo.
El talento y creatividad, la ayuda social, infraestructura e inversión en capital humano, nos permitirán capear el temporal.
Panamá nació para servir al mundo.
Todos los que quieran venir a Panamá son bienvenidos: We are open for business!
Creemos en el libre comercio como herramienta para mejorar la vida de los pueblos. Queremos hacer negocios con todas las naciones y firmar con nuestros socios estratégicos, Tratados de Libre Comercio.
Con Estados Unidos ya lo firmamos. Solo falta un “empujoncito” para que lo ratifiquen.
Señor Presidente:
En Panamá estamos orgullosos de nuestra historia y nuestra herencia; de nuestra libertad de expresión, nuestra libertad de pensamiento, nuestra libertad de decidir el rumbo de la patria y nuestra tradición de paz.
El mejor sentimiento del mundo es la paz. La paz trae tranquilidad, estabilidad y crecimiento. No hay razón en el mundo para que pueblos vecinos se ofendan. Nadie gana y todos perdemos.
Los hijos de Bolívar compartimos la misma historia y los mismos retos. Tenemos la misma sangre indígena, negra, mulata y blanca.
Aquí quien ataca, se ataca a sí mismo, quien responde se responde a sí mismo y quien se arma, se arma contra sí mismo; porque todos somos hermanos.
Las armas de guerra traen pobreza. Nos quitan el pan de la boca a nosotros y al futuro de nuestros hijos. Esas armas sobran y al final no resuelven nada.
Sentémonos todos pues no hay nada que no podamos resolver.
!No hay nada como la paz!
Señor Presidente:
Que Honduras vuelva al Estado de Derecho es determinante para su bienestar y el de Centroamérica. Por eso estamos muy pendientes y participamos muy de cerca con la reconciliación de Honduras.
El Acuerdo de San José, constituye la mejor fórmula para que se forme un gobierno de unidad, que presida las nuevas elecciones y garantice el retorno a la democracia de manera pacífica.
Dejemos que los Hondureños resuelvan entre ellos democráticamente su presente destino y futuro.
Los panameños confiamos y tenemos fe en la capacidad de conciliación de la sociedad hondureña.
No hay nada más poderoso que la palabra, oral o escrita.
Hablando se entiende la gente.
La comunicación es el conductor de culturas, educación, etnias, historia, religiones y política.
En Panamá somos una mezcla de razas, nacionalidades e ideologías que a través de la comunicación y el respeto, hemos creado una sociedad de grupos variados con intereses comunes. Esto es parte de nuestra idiosincrasia y es lo que nos distingue.
Señor Presidente:
La tolerancia es el secreto de la convivencia de los pueblos.
Pero los ensayos nucleares nos ponen nerviosos a todos. Ese estado de alerta solo eleva la tensión entre naciones con relaciones inestables.
Por eso vivimos en constante temor y desconfianza y eso afecta significativamente el diálogo entre nosotros.
En Panamá respetamos el uso de la ciencia como herramienta para el desarrollo humano, pero rechazamos usarla como pantalla para encubrir la proliferación nuclear y la producción de armas de destrucción masiva.
Señor Presidente:
Un reto a la paz y la seguridad global es la lucha contra el tráfico de drogas, el lavado de dinero y el tráfico de armas.
Panamá, por ser un puente, es usado por el crimen organizado para el tráfico de drogas y de armas.
Pero les estamos haciendo la guerra.
Nos hemos convertido en un socio activo de México y Colombia en la batalla contra los narco-terroristas.
Junto con el Presidente Uribe y el Presidente Calderón, pactamos reforzar los lazos de cooperación para que Panamá sea un agente activo de inteligencia.
Todos los esfuerzos y avances alcanzados por Panamá en esta materia han sido reconocidos por informes del Grupo de Acción Financiera en contra del Lavado de Dinero y el Fondo Monetario Internacional.
Panamá mantiene acuerdos de intercambio de información con 39 países para combatir el lavado de dinero y el financiamiento de actividades ilícitas.
La droga no es buen negocio. Los que se dedican a eso solo les espera la cárcel o el cementerio y son unos perdedores.
Señor Presidente:
Todos conocen a Panamá como un centro financiero, un lugar para hacer negocios y por nuestro canal.
Pero en realidad somos el secreto natural mejor guardado del mundo.
Nuestra nueva pasión es el turismo.
En la ciudad de Panamá tenemos el punto con mayor concentración de aves migratorias del planeta. Somos el hub americano de las aves.
El golfo de Chiriquí es el “hot spot” de mayor biodiversidad del Pacifico Oriental Tropical.
40% de nuestro territorio nacional es área protegida. Más de un millón y medio de hectáreas de bosques ininterrumpidos, entre Chagres y Darién.
Nuestros Parques Nacionales han sido declarados Reserva de la Biosfera y Patrimonio de la Humanidad, al igual que la isla Coiba, que es una joya natural, donde todavía se están descubriendo nuevas especies y las ballenas del Ártico y del Antártico se encuentran, para dar a luz a sus crías.
Más de 1,000 islas y arrecifes coralinos embellecen nuestros mares y estamos enmarcados por más de 2,500 km de costas, muchas de ellas tan salvajes como cuando llegó Cristóbal Colón.
Pero el mejor recurso que tenemos es nuestra gente. Somos un pueblo multiétnico y amable. Nuestros indígenas de las comarcas son un ejemplo de resistencia al maltrato natural y a la asimilación cultural.
Todos los países aquí representados tienen sus propias maravillas que el mundo admira.
Tenemos que unirnos para proteger y conservar nuestra belleza, recursos, biodiversidad, patrimonio histórico universal y nuestra gente.
Soy un eterno optimista.
Veo un Panamá con más hombres y mujeres trabajando.
Veo una clase media creciendo y ganando más dinero.
Veo tecnologías nuevas produciendo un crecimiento económico sin precedente. Veo al primer país del mundo, con internet gratuito para todos sus ciudadanos.
Veo a un Panamá con mejor salud, mejor educación, mejor transporte, con familias más unidas y contentas.
Los panameños podemos hacer cualquier cosa que soñemos y si cada uno de nosotros realiza su sueño, tendremos un mejor mundo.
Nosotros, en estos 5 años vamos a soñar en grande. Nuestros mejores días están por venir.
Si tuviera que describir a Panamá con pocas palabras, les diría que es un pueblo lleno de sorpresas.
Panamá sorprende.
MUCHAS GRACIAS.
Fotografías
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