Ayer las primarias del PRD, debo confesar no representaban ninguna sorpresa para mí. El dinero a borbotones de los candidatos de Gobierno sugería que la movilización de sus copartidarios iba a ser significativa. El resultado de las primarias fue tan previsible que debo revelar que me resultó aburrido, ya que todo lo que ocurrió era de esperarse.
Sin embargo, al final de la jornada alcancé a escuchar el discurso de la candidata de Gobierno entre lo que le soplaba su alter ego Doens y lo que ella confesó, “y a confesión de parte relevo de prueba”. Manifestó que no debía haber sacado del aire la propaganda que su adversario había pautado durante el proceso de campaña. La decisión de sacar del aire una cuña publicitaria no puede ni debe ser de la candidata de Gobierno, sino una decisión imparcial de los Magistrados del Tribunal Electoral.
Los que conocemos la historia siempre hemos sabido que Balbina Herrera tiene la mala costumbre de utilizar el tráfico de influencias. ¿Qué clase de imparcialidad podemos esperar del Tribunal Electoral si incluso antes de iniciarse el proceso electoral, cumplen servilmente las órdenes de quien era entonces una simple pre candidata? ¿Qué ocurrirá, en pleno proceso electoral cuando la candidata oficialista dé órdenes e instrucciones al Tribunal Electoral, el cual, no solo deben parecer, sino ser absolutamente imparcial y cumplir con la Ley Electoral?
Los panameños estamos volviendo al oscuro pasado de una caricatura de democracia con un fondo de auténtica Autocracia.
Original firmado
Ana Mae Díaz de Endara
Cédula 8-272-253
Secretaria General
Partido Vanguardia Moral de la Patria