Con programas de sensibilidad como el que permitió graduar este martes a 600 bocatoreños alfabetizados, además de la Red de Oportunidades y el PRODEC se construyen los nuevos pilares para que los futuros gobiernos sigan contribuyendo con los que menos tienen, afirmó el presidente Martín Torrijos en Bocas del Toro.
Torrijos, tras entregar los certificados a humildes panameños que antes no tuvieron la oportunidad de aprender a leer y escribir, dijo que ese grado de marginación se acabó quedando en el pasado aquellos “gobiernos sin sensibilidad social, sin visión de país y sin compromiso para ayudar a la gente“.
“Estos políticos que permitieron que creciera la cantidad de iletrados, son los mismos que critican la Red, los que por aquí pasan cuando hay elecciones y no les dan nada después, los que dicen que van a construir cuando nunca lo hicieron“, expresó Torrijos.
El escenario también sirvió para entregar mil 900 transferencias monetarias de la Red de Oportunidades con lo que se cubre al 100% de los corregimientos de la provincia de Bocas del Toro hecho que sirve de “combustible” para reforzar el compromiso del gobierno “porque todavía la lucha por reducir la pobreza no ha concluido“, sentenció Torrijos quien aclaró que el dinero existente hoy para invertir en los pobres se logró a través de unas finanzas ordenadas y un programa de ahorro estatal
“En el momento en que por primera vez podemos entregarle dinero a las personas que no tenían nada, surgen las críticas y salen los gremios a pedir aumentos“, sostuvo el gobernante.
Destacó que como garantía de la sensibilidad de este gobierno existen 36 mil 500 familias en extrema pobreza beneficiadas a través de la Red de Oportunidades y la meta para este año es 50 mil, mientras que a través del PRODEC se han priorizado mil 200 proyectos para los diferentes distritos del país.
Hermenegildo Bonilla, voluntario del programa de alfabetización, destacó la oportunidad de sentirse mejor al realizar algo provechoso para con sus vecinos y amigos, ya que a pesar de la tarea difícil el fruto de ir eliminando a los iletrados en Panamá es una grata recompensa.
Algunos de los graduandos como Bernarda Hernández a los 76 años, Dominga Abrego y Fedelina Menchaca, leyeron por primera vez frente al público y entregaron sus primeras cartas al presidente Martín Torrijos.