El Director de la Escuela de Economía de París dictó una charla sobre la protección social en Europa
y América Latina y el Caribe en la sede de la CEPAL.
Avanzar hacia la universalización de los seguros sociales sin ligarlos exclusivamente al empleo formal es la mejor manera de revertir la pobreza y la exclusión social en la región, afirmó François Bourguignon, Director de la Escuela de Economía de París, durante una conferencia magistral ofrecida hoy en la sede de CEPAL.
Bourguignon, quien se desempeñó como Economista Jefe y Vicepresidente Senior del Banco Mundial entre 2000 y 2007, dictó la charla “Tendencias recientes en la protección social en Europa Occidental: ¿Aprendizaje para América Latina?”, acompañado por la Embajadora de Francia en Chile, Maryse Bossière, y el Secretario Ejecutivo Adjunto de la CEPAL, Antonio Prado.
“A lo largo de poco más 60 años, hemos sido capaces de construir un pensamiento genuinamente regional, pero un pensamiento vivo y crítico que ha sabido cuestionarse y renovarse,” dijo Prado al darle la bienvenida a nombre de la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena.
“Este año nuevamente renovaremos ese compromiso cuando con ocasión de nuestro Trigésimo tercer período de sesiones ofrezcamos a los gobiernos y sociedades latinoamericanas y caribeñas nuestras reflexiones organizadas en el documento La hora de la igualdad: brechas por cerrar, caminos por abrir”, indicó.
En su presentación, Bourguignon distinguió entre dos instrumentos de protección social: los seguros sociales, como el seguro de desempleo y las pensiones, que dependen de la contribución individual a lo largo del tiempo, y la asistencia social – beneficios, subsidios o transferencias monetarias o en especies que no se respaldan en contribuciones previas.
A diferencia de la experiencia europea, dijo, en América Latina existe un déficit estructural en los seguros sociales, cuyo financiamiento a menudo descansa en la recaudación tributaria. En Perú, por ejemplo, el Estado debe subsidiar 89% de los seguros sociales, en Argentina 56% y en Brasil, 40%.
Mientras en Europa el gasto público en protección social como proporción del PIB es alrededor de 25%, en América Latina y el Caribe equivale a menos de 10%, aunque su estructura en cuanto a los instrumentos utilizados varía notablemente entre los países. Por ejemplo, en Uruguay, país que más se acerca a los niveles de gasto europeos, casi dos-tercios de la protección social se compone de seguros sociales, pero en Nicaragua, El Salvador y Honduras, los seguros sociales son casi inexistentes y la protección social se concentra en instrumentos de asistencia.
Los seguros sociales en la región están vinculados únicamente al empleo formal, dejando fuera a una gran parte de la población que vive de trabajos precarios o informales, dijo Bourguignon.
“La exclusión social viene del mercado laboral, y no sólo se soluciona con una protección social más generosa, sino con políticas para mejorar el ingreso al mercado laboral, aumentar el empleo o al menos desacelerar el desempleo,” agregó.