Por: El Anciano del Mundo
A pocos días de empezar a retornar a la “nueva normalidad” nos encontramos por primera vez de cara a cara con lo que verdaderamente significa e implica esa nueva normalidad, por fin tenemos una idea de las reglas del nuevo juego.
Hemos visto cómo los comerciantes, dueños de negocios y empresa de todos los tamaños, colores y sabores están calculando el costo de todo. El costo de poder cumplir con lo que se les está exigiendo y sabe Dios que más viene por ahí.
Algunos indican que las medidas exigidas ponen una carga injusta en sus finanzas o que la naturaleza de sus operaciones no les permite cumplir con las reglas de distanciamiento social o protección personal etc, dicen que les costaría mucho poder cumplirlas.
Bajo el contexto de “el costo de todo”, los comerciantes y empresarios no ven que ellos mismo contribuyen a su deceso ya que en aquellas industrias donde la tecnología no puede reemplazar al ser humano o la automatización resulta mucho más costosa, no les queda otra opción. Esto no es “one way” así como el empleado necesita el trabajo, los empresarios también necesitan al empleado, de lo contrario todos nos vamos por el desfiladero.
Además de la clase de economía básica creo que algunos se ausentaron de la clase de ciencias o biología (depende hasta qué grado llegaron) porque desconocen ¿qué es una relación simbiótica de mutualismo? (esa clase es para otro día).
Hablando de clases, ya que todos somo expertos en costos, les hago una pregunta…. ¿Cuál es el valor de una vida humana? ¿Cómo se calcula eso? Esas bonitas frases que todas las empresas ponen en su misión y visión “lo más importante es nuestro capital humano”, ¿solo es eso? ¿una bonita frase? ¿o acaso lo ponemos porque todos los demás lo hacen? ¿quizá porque suena bien y está de moda? Cual sea la razón, cuando les toca demostrar e invertir para salvaguardar la salud y bienestar de ese capital humano, ahí es donde deciden ponerse a contar centavos.
Los empleados tampoco escapan de responsabilidad en esta situacion, venden su salud, dignidad y hasta su alma por unos cuantos centavos, y luego nos preguntamos porqué los chiquillos de hoy en día solo ven plata y no tienen valores, pues aprendieron del ejemplo que les estamos dando como padres y como sociedad.
Dejemos de ver costo de todo, ruego porque no tengamos que perder a uno o un montón de seres humanos con el pretexto de ahorrar unos centavos, para luego recapacitar (con suerte) y darnos cuenta de que cuando una persona fallece ese valor se pierde no se puede calcular ni recuperar. Dejemos de ser gente de costos y aprendamos a ser gente de valores.