Por: Prof. Alonso Londoño
Es sabido que las encuestas constituyen un instrumento de medición científica que permite conocer la opinión de la sociedad en un determinado momento, según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua es “Conjunto de preguntas tipificadas dirigidas a una muestra representativa, para averiguar estados de opinión o diversas cuestiones de hecho”, no obstante, entre muchos políticos y analistas pareciera que la encuesta en materia electoral determina los resultados finales para escoger al nuevo presidente de la República de Panamá y otros cargos como alcaldes, diputados, representantes de corregimientos entre otros.
En nuestro país, me llama la atención el hecho de que entre muchos ciudadanos, críticos o analistas los resultados que hasta la fecha han reflejado las encuestas, indican quien será el ganador de los comicios electorales de 2009, lo cual es totalmente falso. Las experiencias vividas en nuestro país, en torno a las encuestas han demostrado que al final del torneo electoral los resultados varían enormemente. Recuerden por ejemplo, cuando Mireya Moscoso fue candidata la primera vez, todas las encuestas la ubicaban muy distante de otras ofertas y los resultados reflejaron que estaba en segundo lugar, posteriormente cuando logra triunfar ocurre algo similar y finalmente demostró lo contrario fue la presidenta electa por cinco años.
Me sorprendió la actitud de la señora Moscoso en una entrevista de televisión cuando se mostró muy creyente de los resultados de las encuestas para criticar al Ingeniero Juan Carlos Varela, pues me pareció una Mireya que en el pasado decía que no creía en las encuestas, porque sus encuestas eran de “carne y hueso” ahora con un discurso muy diferente en donde refleja su fe en las encuestas. Lo cierto es que muchos se valen de esos resultados para manipular la opinión pública; y ese no debe ser el propósito de las encuestas. Además, según mi manera de ver las cosas, estas encuestas reflejan los efectos de una publicidad desigual entre los candidatos, responden a una etapa en donde ni siquiera ha habido debate en cuanto a las propuestas de los candidatos.
Las encuestas en estos momentos reflejan la aceptación de un candidato que solo se la ha pasado criticando todo un sistema, pero no hay propuestas, sólo que en su publicidad coinciden con lo que siente un pueblo disconforme con lo que le ha tocado vivir hasta ahora, pero la verdad es que no hay un plan de gobierno para solucionar los múltiples problemas que se plantean en la sociedad panameña. Me parece que no es justo descalificar a ningún candidato por los resultados de las encuestas. Siempre aprendí que en política no hay enemigo pequeño. Por otra parte, el comportamiento del electorado panameño varía de un momento a otro.
Los políticos que salen favorecidos en las encuestas que hasta en estos momentos se han publicado que no canten victoria, porque los panameños somos impredecibles a la hora de elegir, una cosa es lo que aveces se le dice a los que aplican las encuestas y otra es lo que se escoge de manera secreta en la urna. Algunas personas me han comentado que cuando participan de estas encuestas les conviene favorecer a un determinado candidato para que continúe regalando, pero tienen la conciencia bien clara de que el voto es secreto.