Por: Vielka Broce
La política en nuestro país ha estado expuesta ha muchas formas de interpretación. Una de esta parte de la premisa de quienes deben ocupar un puesto político sometido a elección, debe ser necesariamente un empresario, cuya meta debe ser “el generar riquezas”. Esto considero que ciertamente debe ser el norte de cualquier estado, nación, sociedad, comunidad e individuo, ya que asegura su bienestar.
Lo incompatible aquí es la explicación a tal premisa; en nuestra América Latina y muy en especial en nuestro Panamá, siempre se ha “generado riquezas”, lo que no se ha generado es JUSTICIA.
Estoy de acuerdo con Platón, cuando menciona que la Justicia es el recto camino de los señores, es decir hacer lo que es bueno. no puede tener mucho significado si se genera riqueza a la par que NO SE GENERE JUSTICIA; de tal manera la primera premisa es en si, una falacia.
El otro problema importante esta basado, en que se ha concebido la política siguiendo el orden establecido de aquella premisa, que el Estado, la sociedad y los individuos representan estadísticas, números, mercancías, productos o sub-productos.
Por ello, las campañas políticas esta basadas mas bien en no comprometerse con el bienestar del país, sino tan solo en idealizar las soluciones a los grandes, medianos y pequeños problemas.
Por ejemplo cuando en una campaña política se promete SEGURIDAD, MEJORAR LA CALIDAD DE VIDA de la sociedad; esto ha significado realmente no hacer nada; y cuando va llegando otro periodo de elección se sacan los eternos problemas como propaganda, como cliché, para asombrar a las masas, para engañar a la sociedad con que ahora ¡SI! El problema se va a solucionar; cuando el candidato corre por el puesto y gana, este seudo político no piensa en el compromiso adquirido al comenzar su campaña, piensa tan solo en continuar en el poder para seguir usufructuando al PUEBLO.
Bien, luego de estos breves ejemplos, puedo añadir que precisamente a los dos últimos gobiernos les ha sucedido igual. Pretenden seguir una lucha de intereses y de poder que no tiene nada que ver con la situación del pueblo ni con cumplir con los compromisos políticos en un marco de la ETICA ciudadana y política.
De lo que hemos podido comprobar con dos gobiernos no excluyentes entre si, los cuales al parecer quieren aplicar la famosa fórmula de la lógica: expuesta por Aristóteles denominada: “el tercero excluido”, confían en lograr la dirigencia política sin el mayor esfuerzo. Pues bien, considero a mi forma de pensar que ciertamente no pretendo sirva de guía inequívoca a las demás personas, que debe haber en Panamá, un cambio, una opción, que saludablemente obligue a los políticos a mejorar su calidad como individuo público y cumplir con sus compromisos.
Nadie sabe lo que a perdido hasta que lo pierde, y ese es el mensaje que enviaré con mi voto a favor del señor Ricardo Martinelli, nuestro país merece otras opciones políticas, y esta vez optaré por una opción no antes vista, ya que con la introducción de Ricardo Martinelli, obligue a considerar a los políticos de siempre, que aquel verso de Amelia Denis, “panameño tu siempre dices que si…” llegue a su fin, esta vez diré, EL CAMBIO VA!
La autora es Profesora de Geografía e Historia y además ganadora del Primer Concurso de Ensayo «Por un Panamá Decente».