Por: Alberto E. Fadul Novo
Ser un Panamá del primer mundo, es una expectativa de visión clara por parte de los panameños y panameñas que deseamos el verdadero progreso que Panamá, en su estado actual, no ofrece a todos: las oportunidades efectivas de crecimiento individual prospero y justo.
La Alianza Social Integral (ASÍ) representa una oferta seria e integral. “Asi Si, es un movimiento espontáneo (independiente) formado por una diversidad de gente de todos lados: empresarios, lideres sindicales, ex pandilleros, gente de Colón, campesinos, gente sencilla pero comprometida con la promoción de un SI social e integral”. Esta posee la capacidad y el liderazgo, ético pertinente para, mediante una unificación asociativa, encaminar a nuestro país por el sendero de de encontrar, difundir y orientar a toda la ciudadanía en la búsqueda de un destino comprometido con el objetivo de alcanzar los equilibrios deseados que nos permitirán llegar a un Estado de primer mundo. Antes de continuar con el objetivo del escrito, procedo a darle las gracias al amigo Enrique Arturo de Obarrio, por su diligencia patriótica en tratar de unificar a la Sociedad Civil, en torno a un proyecto de Estado que busca el fortalecimiento institucional y el equilibrio socioeconómico integral en nuestro querido Panamá.
A los partidos políticos de nuestra patria les falta, a mi juicio, el andar por un camino cierto y firme que les conduzca hacia su fortalecimiento necesario, con el propósito de tratar de alcanzar las metas de ser más democráticos y transparentes, en sus aspiraciones últimas de alcanzar el poder y efectivamente gobernar un país que enfrenta, desde hace tanto tiempo, la ausencia de soluciones positivas que tanto requerimos.
Una forma de ir encontrando ese camino esta en comprender que la sociedad civil organizada no es un enemigo; todo lo contrario ésta, sin deseo de convertir, sus componentes en partido político, ofrece representaciones positivas que deben promover la urgente alternativa de ser consultada y escuchada, con la debida seriedad, por éstos y los gobiernos que constituyen, una vez alcanzado el poder. Cuando las organizaciones de la Sociedad Civil presentan proyectos de interés nacional, por ejemplo lA APEDE Y SUS CADEs, los partidos políticos y los gobiernos de turno hacen poco o ningún caso. ¿Sus posturas? Oigan señores de la Sociedad Civil, si quieren hacer algo ingresen o formen un partido político. JA, Ja, Ja, que genialmente absurdo…
Este escrito tendría menos impacto crítico, si los panameños y panameñas viésemos como sus gobiernos van superando los problemas que aquejan a la clase pobre y media del país. Pero cada cinco años, los problemas son mayores: Educación publica, salud publica, servicios básicos públicos, transporte colectivo y de carga, seguridad jurídica, administración de justicia, infraestructuras básicas, viviendas populares, costo de vida, desempleo—Ojo, las estadísticas que nos publican, no van de acorde con los porcentajes crecientes de pobreza y pobreza extrema que conocemos.
Veamos sólo el problema gremial: Huelgas o amenazas constantes de parte de los educadores, médicos, transportistas, empleados públicos, trabajadores de la construcción, prácticos del Canal de Panamá, etc. Estas agobiantes expresiones y acciones se van generando producto, clarísimo, de la gran AUSENCIA de un liderazgo político y gubernamental efectivo, transparente, ético, justo, capaz y creíble; con la capacidad de escuchar y atender, a tiempo, las serias peticiones que se les presentan con la debida antelación. Respeto el derecho a la protesta y a la huelga, esta última como acción de última instancia; sin embargo, como se dan en nuestro panamá de hoy, son dañinas a la imagen del país. La intranquilidad constante no es un buen indicador.
El resolver, y tratar de encontrar soluciones a los tantos flagelos que nos azotan, así como al problema gremial actual, conlleva una seria obligación por parte del gobierno de turno y la insistencia, constante, de los partidos políticos fuera del mismo, a fin de ejecutar lo pertinente, en su momento. La capacidad, creíble, de advertir las dificultades que, verazmente, impidiesen ese hacer. Todo aquello sumado a la perseverancia de continuar la labor si es necesario, en un periodo gubernamental siguiente, aunque sea otro u otros partidos los que accedan al poder. Esto es lo que representa el tipo de liderazgo que Panamá requiere para salir, gradualmente, del estado tercermundista que hoy afecta a más de un 70% de la ciudadanía. El problema no es achacable, demagógicamente, al sector privado del país. ¿Qué hay de la administración de los fondos públicos, generados mediante la recaudación de impuestos, de los privilegios y canonjías a servidores públicos, del tamaño del Estado, de la corrupción, del clientelismo político, etc.? ¿Están generando los partidos políticos el liderazgo que necesitamos? Las ofertas de candidatos a la presidencia de la República para el 2009, no lo reflejan…