Por: Miguel Antonio Bernal
“La recuperación va a ser lenta. El 2009 será un año de ajustes y el 2010 de crecimiento moderado. Esto es precisamente lo que anticipa una recuperación lenta…”. Así opina José Manuel González Páramo, miembro de la Comisión Ejecutiva y del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo.
Santiago Niño Becerra, catedrático de Estructura Económica en la Facultad de Economía IQS de la Universidad Ramon Llull, expresó en octubre: “El primer síntoma de la recuperación vendrá hacia 2012”. El 8/12/2008, Dominique Strauss-Kahn, director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), expresó: “El 2009 será un año duro, nosotros en el FMI vemos las posibilidades de salir de la crisis a finales de 2009 o a principios de 2010”. Strauss-Kahn afirmó que “no hay posibilidad que ningún país, en ninguna parte del mundo, pueda escapar de esa crisis”. Añadió que las consecuencias de la crisis pueden ser especialmente “duras” para las personas de bajos ingresos. Considera que los precios de los productos alimenticios continuarán aumentando en los próximos meses.
Según Lin Huanquan, director de la Oficina de Pequeñas y Medianas Empresas de Guangdong -donde se localiza la mayor parte de la industria exportadora de China, representando un tercio del PIB-, más de siete mil empresas han cerrado en los nueve primeros meses de 2008.
En Panamá, el sector de la construcción comenzó a verse afectado por la crisis económica mundial. Según la Cámara Panameña de la Construcción (CAPAC) aumentó a 15 meses el tiempo necesario para poder vender una vivienda. Michael Fernández, director económico de la CAPAC, declaró: “Es el indicador más alto de los dos últimos años. En 2007, la media era de 10 meses”. En septiembre, el valor de los permisos de construcción aprobados para el distrito de Panamá disminuyó un 41.6% con relación a septiembre de 2007, o sea, casi la mitad.
¿Cuántos desempleados habrá en la capital cuando la crisis nos afecte con toda su fuerza? La clase media y los pobres no tienen los ahorros necesarios para protegerse de la crisis. Es por ello que se requieren activas políticas públicas de protección en donde colaboren las empresas y la sociedad, no sólo por una cuestión de justicia sino para evitar la inseguridad, la cual ya es insostenible.
Según la Organización Internacional del Trabajo, la brecha creciente de ingresos incide en más delincuencia. Tanto los ciudadanos residentes en la capital como los visitantes, sufren por la inseguridad que reina en las calles y residencias, donde los asaltos, secuestros ‘express’ y asesinatos son cada vez más frecuentes.
Con este escenario, es imperativo adoptar urgentemente, estrategias preventivas para que la calidad de vida llegue a los barrios. Desde la alcaldía, actuaremos con ese objetivo.