Se diversifica el sector con megaproyectos que incluyen la construcción de lujosos hoteles y residencias de descanso con marinas, golf y spa.
La industria del turismo de sol y playa muestra signos de agotamiento en la región. La fuerte competencia en precios del sistema “todo incluido” (all inclusive) generó resultados no deseados, como sobreexplotación del entorno, contaminación, y bajos encadenamientos con la economía local.
La demanda volátil y sensible a la crisis económica y los bajos márgenes de beneficio que deja el turismo masivo repercutieron en las empresas, según el informe La inversión extranjera en América Latina y el Caribe 2008, presentado por la CEPAL.
Ante este hecho, las principales empresas han iniciado un intensivo mejoramiento de sus instalaciones con el propósito de captar nichos de turistas de mayores ingresos.
Se suman megaproyectos que combinan hoteles de alto nivel con desarrollos inmobiliarios (residencias de descanso) que incluyen marinas, golf y spa que han proliferado en México, República Dominicana, Panamá, Costa Rica y el nordeste de Brasil.
Los megaproyectos congregan a constructoras, inmobiliarias, entidades financieras y cadenas hoteleras internacionales, por lo que se genera más interacción entre empresas de diferente tamaño, origen y actividad, más capacidad local y mayor empleo, según el estudio de la CEPAL.
México es el 10° receptor de turistas en el mundo (más de 21 millones de visitas internacionales en 2007) y es el destino más importante de América Latina y el Caribe. Recibió 12.900 millones de dólares de ingresos asociados al turismo en 2007, y es la tercera fuente de divisas para el país después del petróleo y las remesas.
Pero ante signos de pérdida de competitividad (entre 2000 y 2007 bajó del 7° al 10° puesto de preferencias), sumó a los hoteles all inclusive megaproyectos hotelero-inmobiliarios integrados que incluyen condominios, complejos de tiempo compartido, residencias de descanso, marinas, campos de golf y centros de salud.
Más de un millón de estadounidenses han adquirido una segunda vivienda en México, ya sea en tiempo compartido o como propietarios.
En el Caribe, el principal destino es República Dominicana donde la inversión extranjera directa (IED) en turismo (período 1993-2008) representó casi el 20% de los ingresos totales. Entre 2004 y 2008, este sector inmobiliario recibió cerca de 2.000 millones de dólares de IED.
En Cuba, más del tercio de las empresas con participación extranjera realizan actividades vinculadas al sector del turismo, en el área de gestión hotelera. En ambos países caribeños los inversionistas más activos han sido las cadenas hoteleras españolas.
Durante las últimas semanas de 2008 y principios de 2009, según el informe de la CEPAL, los precios de los bienes inmuebles en los principales destinos vacacionales del Caribe cayeron en algunos casos en 40%.
En Centroamérica, el número de turistas creció de 4,1 millones a 7,5 millones de entre 2000 y 2007. El turismo se transformó en una fuente importante de ingresos para Costa Rica, Guatemala, Panamá, y El Salvador. Costa Rica y Panamá tomaron la delantera con megaproyectos hoteleros, residencias de descanso y servicios como campos de golf.
Pese a su enorme potencial natural, Brasil no ha logrado incorporarse plenamente a los circuitos del turismo internacional a causa de la lejanía de los mercados emisores, las limitaciones de la infraestructura de acceso y los mayores costos relativos.
Pero el nordeste del país registra un acelerado auge turístico e inmobiliario, que podría significar que en los próximos ocho años se construyan cerca de 50.000 residencias para extranjeros, lo que supondría una inversión en torno a los 7.500 millones de euros.
El estudio de la CEPAL añade que en toda la región la crisis financiera global sumada a los efectos de la influenza A H1N1 han golpeado las expectativas de los inversionistas y el desempeño del sector.