Por: Dr. Ciro Ortega
José Ingenieros, en su obra “LAS FUERZAS MORALES”, nos dice: “Cada vez que una generación envejece y reemplaza su ideario por bastardeados apetitos, la vida pública se abisma en la inmoralidad y la violencia. En esa hora deben los jóvenes empuñar la ANTORCHA y pronunciar el VERBO: es su misión renovar el mundo moral y en ellos ponen sus esperanzas los pueblos que anhelan ensanchar los cimientos de justicia”.
La cita es propicia frente al momento que nos ocupa, pues, el partido Panameñista se ve amenazado frente a posiciones oportunistas, nutridos por números de chequera, y que abanican la posibilidad de que JUAN CARLOS VARELA ceda su posición de candidato presidencial en favor de Ricardo Martinelli.
Además, nuestro aliado histórico, el MOLIRENA, decidió enrumbar su accionar en favor de coyunturas políticas convenientes a sus intereses. No obstante, bastante hemos aprendido que: “LO BUENO DE CUANDO QUEDAMOS SOLOS ES QUE SOLO NOS QUEDA DIOS”.
Ciertamente, en los momentos difíciles, en el fragor, es donde se mide la lealtad con exactitud milimétrica. Para ejemplo, lo ocurrido en las oficinas del Partido Panameñista, en la tarde del 24 de diciembre, cuando miembros de base golpearon y vituperaron a un dirigente de este colectivo, en un momento confuso, no es más que un CLAMOR que emerge con fuerza de las entrañas mismas del poder soberano: su majestad EL PUEBLO.
Ya lo dijo Arnulfo Arias, al citar el famoso proverbio medieval: “VOX POPULI VOX DEI” (La voz del pueblo es la voz de Dios).
Hoy, más que nunca, el partido Panameñista debe cerrar filas y apoyar de manera irrestricta a Juan Carlos Varela, porque tiene el aval de las bases del partido, de la juventud renovadora, y porque él está por las cosas buenas y vino aquí para vencer. Desde nuestras respectivas atalayas debemos apuntalar la misión de ese hombre, que es humilde en su proceder y grande en su mentalidad creadora.
No hay que asustarse. Ya está escrito que: “la hora más oscura es siempre antes del amanecer”. Así que mantengámonos firmes, en perenne vigilancia, para que se respete la voluntad soberana de los panameñistas, hecho que se concretó en las primarias y donde resultó vencedor JUAN CARLOS VARELA.
Sí, también es cierto que lo ocurrido esa tarde es lamentable por el margen de violencia que se palpó y que registraron las cámaras de televisión, pero ese dolor es necesario para resurgir aleccionados con fuerza, pues, el CLAMOR es claro: “NO HAY MARGEN PARA LA TRAICION”, aunque si se pueden tolerar ajustes en la estrategia de campaña y refozar donde haya que hacerlo.
Además, es una clarinada a la conciencia, un mensaje de que las bases están contigo JUAN CARLOS VARELA, de que redoblaremos esfuerzos y que nadie, venga de donde venga, comprará nuestras conciencias.
El autor es:
Periodista, profesor y escritor.
CONVENCIONAL DEL PARTIDO PANAMEÑISTA