Pocos hombres en la historia patria han tenido el privilegio de ser recordados con tanta intensidad y emoción a través de treinta años de su desaparición física, conservando incólume un inmenso cariño y vigencia en el devenir político y social de la nación panameña. Ese es el caso de OMAR TORRIJOS HERRERA, el cholo humilde y sencillo de la campiña veragüense, que vistiendo orgulloso su uniforme verde olivo de soldado, se erigió en conductor de nuestro pueblo en la lucha por erradicar la “quinta frontera” impuesta por el colonialismo y la ocupación militar extranjera, convirtiendo en realidad el sueño generacional de perfeccionar la soberanía y la independencia nacional, conculcadas desde el 3 de noviembre de 1903 por “ el tratado que ningún panameño firmó”.
A OMAR el pueblo lo ha recordado por muchas cosas y aunque el paso de los años, aun no apacigüe la mezquindad de quienes quieren regatearle los méritos de sus muchas realizaciones en beneficio de los amplios sectores sociales, los pobres de la ciudad y el campo, los indígenas, los obreros y campesinos, los jóvenes y los profesionales de las capas medias no olvidan que fue el quien entre otras aportaciones hizo posible la creación de decenas de ligas y asentamientos campesinos; quien promovió el surgimiento de centenares de cooperativas de producción y consumo; el que promovió la construcción de millares de kilómetros de carreteras y caminos de penetración; de acueductos rurales, centros de salud, impulsando la medicina preventiva y los comités de salud; desarrollando una “salud igual para todos”; el gestor de un Instituto para la Formación de los Recursos Humanos; del Instituto para la Formación Profesional; del Banco de Desarrollo Agropecuario; del Ministerio de Trabajo; de las Juntas de Conciliación y Decisión; del Código de Trabajo; que fomentó el derecho a la sindicalización y a las convenciones colectivas; quien estableció el descuento obligatorio de la cuota sindical; quien otorgó el derecho al décimo tercer mes de salario; quien prohibió los lanzamientos y los desahucios contra los inquilinos pobres; quien congeló el canón de los arrendamientos; quien impulsó el seguro agropecuario para garantizar las cosechas de los pequeños y medianos productores agropecuarios; quien fortaleció la reforma agraria y propició la expedición de un nuevo Código Agrario contra los latifundistas; quien se enfrentó a los grandes consorcios extranjeros bananeros; quien creó el Instituto Nacional de Cultura y el Distrito Especial de San Miguelito; quien construyó las instalaciones deportivas modernas para los juegos centroamericanos en el 70; quien impulsó el fortalecimiento de la Zona Libre de Colon y el Centro bancario internacional; quien fortaleció la Oficina de Regulación de Precios; quien le dió la ciudadanía a los jóvenes a los 18 años; quien inicio la independencia nacional energética con la construcción de hidroeléctricas; quien creó el Instituto de Recursos Hidráulicos y Electrificación y el Instituto Nacional de Telecomunicaciones; quien crea la Dirección General del Desarrollo de la Comunidad; quien permitió la democratización de la enseñanza universitaria y facilitó el surgimiento de la Universidad Tecnológica; quien desarrolló una política exterior tercermundista y no alineada; quien con coraje y valor señaló que era a Panamá a quien le correspondía escoger a sus amigos; quien restableció relaciones diplomáticas con Cuba; quien se solidarizó con los procesos de independencia nacional de los pueblos asolados por el colonialismo y el apartheid; quien enalteció el valor y respeto por los derechos de la mujer;
Todavía hay quienes no quieren reconocer el significado de OMAR en la historia panameña, porque les duele haber perdido muchas de las canonjías y privilegios de las que disfrutaron con su dominio y control oligárquico sobre los bienes nacionales y el dominio político de la Asamblea de Diputados que hicieron a imagen y semejanza de sus intereses y que hoy vuelven a controlar para intentar obligarnos a transitar por los senderos y tiempos de la “patria boba” y a quienes les duele haber visto afectadas sus cajas registradoras por el proceso revolucionario que OMAR impulsó.
A treinta años de su desaparición física, aún, con dificultad, se mantiene el Poder Popular de los Representantes de Corregimientos, que OMAR desarrolló para darle oportunidad al surgimiento de una dirigencia política comprometida con los verdaderos intereses de sus comunidades, hoy en gran peligro, por las acciones de chantaje y presión que desarrollan en su contra los personeros del actual gobierno, que les niegan a los representantes y alcaldes, en especial a los de nuestro partido, los recursos a los que tienen derecho por Ley.
A treinta años de su desaparición física, el PRD recuerda con orgullo y agradecimiento al hombre que hizo posible que desde hace once años nuestro pueblo sea dueño de su principal recurso natural y del Canal interoceánico y que su ampliación permita mayores recursos económicos, que deben utilizarse en beneficio de las grandes mayorías, como el planteaba, para contribuir a desaparecer la pobreza y la miseria de amplios sectores de la población. Este es el reto y compromiso que asumimos para nuestras próximas responsabilidades gubernamentales y evitar que quienes se opusieron a los Tratados Torrijos – Carter en 1977 y a la ampliación del Canal – y que hoy desgobiernan el país – utilicen estos futuros recursos y sus beneficios económicos repartiéndolos dentro de su clase oligárquica, como si de una piñata se tratara, en lo que es ducho su ministro de economía y finanzas.
La militancia del Partido Revolucionario Democrático, que es uno de sus principales legados y que enfrenta hoy las acciones del gobernante de turno, que trata de destruirnos como colectivo político, comprando y presionando con acciones judiciales a muchos de nuestro dirigentes, no se dejará intimidar y continuaremos fortaleciendo nuestros principios torrijistas y denunciando al gobernante de turno, notoria figura de la neo- oligarquía empresarial y financiera enquistada en el poder, que hunde al país cada día más en los riegos del autoritarismo, la inseguridad que campea como uno de los jinetes del apocalipsis por todo el territorio nacional; la persecución y el asesinato (Changuinola) contra los que protestan por el desconocimiento de sus derechos; la corrupción de muchos de sus ministros y jefes de entidades públicas que se enriquecen con las contrataciones directas, las compras de tierras a precios irrisorios; que condenan al pueblo a un creciente aumento en el costo del combustible, de los precios de la canasta básica alimentaria, inclusive, de un alimento tan fundamental como el pan y que permiten por su incapacidad e indolencia el surgimiento de epidemias como el dengue hemorrágico y el desarrollo incontrolable en centros hospitalarios públicos de bacterias nosocomiales que arrebatan la vida de decenas de panameños humildes, mientrás se vanaglorian de haber aprobado el presupuesto más alto de la vida republicana y se jactan de un programa de inversiones innecesarias y fastuosas que condenarán a las próximas generaciones a cargar con los compromisos de cancelación de lo que ahora despilfarran con absoluta irresponsabilidad. Continuaremos denunciando el terrorismo judicial que ha entronizado el gobernante al controlar todos los órganos del estado; su desprecio por la libertad de expresión; las violaciones constantes a la Constitución y la Ley y sus pretensiones de reelegirse en la presidencia de la república.
El Partido Revolucionario Democrático se está organizando; su dirigencia torrijista luchará por mantener su unidad y su militancia combativa; luchará por superar sus dificultades y cumplirá con los acuerdos de su último Congreso Extraordinario. Este es el compromiso contigo OMAR, hoy a 30 años de haberte convertido, sin que lo buscaras, en la leyenda inmortal que surgió tras tu muerte en el Cerro Marta, en las montañas de Coclesito y que te permite seguir viviendo en el corazón de tu pueblo porque nos diste DIGNIDAD.
Dado en la ciudad de Panamá, el 31 de julio de 2011.
VIVA el General OMAR TORRIJOS HERRERA
VIVA el P.R.D.
COMITÉ EJECUTIVO NACIONAL