Mi candidatura para la Presidencia de la República tiene dos puntos de referencia: Mi lucha por la democracia en Panamá, y Mi participación en la reconstrucción nacional luego de caída la dictadura.
Estas son verdades que nadie me puede regatear.
Yo propongo a los partidos de oposición eliminar las fórmulas obsoletas de enfoques políticos estrictamente electorales, que solo sirven para dividirnos.
Es hora de que concertemos una unión política triunfadora y perdurable, con capacidad para actuar como una sola fuerza en el Poder, que de peso específico a sus diversas corrientes y que piense solamente en el beneficio de la sociedad entera. Me ofrezco como puente para lograrlo.
Cuando visita este país entre viaje y viaje, el Presidente Torrijos se dedica a repartir limosnas a la población y nos acusa de oponernos a todo sin presentar propuestas. ¿Y es que ahora necesita nuestra ayuda para resolver los problemas nacionales? ¿No dijo en su campaña que él y el PRD tenían todas las soluciones?
El PRD, además de haber fracasado en su gestión de gobierno, está amenazando abiertamente nuestras conquistas democráticas y hay que detenerlos antes de que sea muy tarde.
En lo administrativo, ha patrocinado y encubierto la más vergonzosa corrupción en todos los sectores y contrataciones públicas. Y mientras esto sucede, los problemas de la población se incrementan sin esperanzas.
Este gobierno también ha jugado con la Asamblea Nacional, con la Corte Suprema de Justicia, con el Ministerio Público, con los Tribunales de Justicia, con la extinta PTJ y con la Policía Nacional, poniendo estas instituciones al borde del colapso total.
Y ahora resulta que la institucionalidad democrática se ve aún más en peligro con la vuelta a los militares. Rechazo la presencia de un militar al frente de la Policía Nacional.
Además, detrás de la creación del llamado “Servicio Nacional Fronterizo” veo el eufemismo de que lo militar es la fuente única de seguridad pública. ¡Nada más falso!
Lo que se está fraguando, véase bien, es el ascenso de un grupo de oficiales militares al poder imbatible que les brindan las armas. Todo esto es parte del proyecto del PRD para someter al país.
Es mentira que se trata de una amenaza de las FARC. También es mentira que los narcotraficantes traen sus contrabandos por donde van a estacionar a los efectivos panameños.
La más grande tragedia institucional sería permitir el retorno de los militares. Lo que pretenden Torrijos y el PRD es costoso y peligroso, y atenta contra la vida civilizada que disfrutamos desde la caída de la dictadura militar.
Mi propuesta de gobierno se sustenta en la necesidad de resolver prioritariamente los problemas que aquejan a la ciudadanía, y a consolidar el bienestar nacional y detener el derroche de gasto público politiquero.
Para ello, y hasta que el pueblo tenga más que una canasta básica y a precios que pueda pagar; reciba atención preventiva de salud cerca de donde vive, y tenga también una educación que le permita surgir en la vida, es imperativo que el 100% de los ingresos procedentes del Canal de Panamá se destinen a esos propósitos hasta que ellos se cumplan.