Por: Dr. Belisario Rodríguez Garibaldo
A vuelo de águila, una opinión simple para un país simplificado, donde nada es simple.
Es la idea del bipartidismo democrático, tal como en USA, con un Partido Republicano (conservador centroderecha) y un Partido Demócrata (liberal progresista), en donde casi nadie le vota a las terceras fuerzas como las derechas del PLibertario y el PReformista (del millonario R. Perot) que son disidentes de los republicanos, o a la izquierda del PVerde (ecologista) de R. Nader que son disidentes de los demócratas.
El ex presidente popular (conservador) español, José Maria Aznar dijo una vez: “En España hay dos tipos de españoles, los católicos y los rojos, con que haya un partido católico (Partido Popular; democristiano) y un partido rojo (Partido Socialista Obrero Español; socialdemócrata) es mas que suficiente”. En España también existe una tercera fuerza, Izquierda Unida (comunistas) y varios partidos regionalistas.
De igual forma se puede ver en Panamá. En Panamá hay dos tipos de panameños (en perspectivas políticas), los torrijistas y los civilistas, con que haya dos partidos políticos, uno torrijista y uno civilista, es mas que suficiente. Existe el partido torrijista, el PRD (centroizquierda, socialdemócrata, progresista), pues solamente deben fusionarse los otros partidos, PPanmeñistas, CD-UP, Molirena, PL, PP, y crear un solo Partido Nacional Demócrata (centro derecha y democrático), y ya esta, serán las opciones políticas programáticas para el pueblo en una democracia libre participativa.
Sin embargo nada es simple. Lo cierto es que pueden ocurrir otras cosas. Existe un cierto bipartidismo tradicional con PRD (centroizquierda, socialdemócrata, progresista) y PPanameñista (centroderecha, democrático, conservador), con otros partidos minoritarios como el PPopular (democristiano), mas los liberales, que ya gobernaron con diferentes formaciones de 1903 a 1968, pero ahora divididos en CD, UP, Molirena y PL (este ultimo aliado coyuntural del PRD).
En el 2006 se reunieron en la Fundación Libertad (con el auspicio de la Internacional Liberal) los partidos CD, PLN, PSolidaridad, Molirena, PL, para conversar sobre una fusión política (Confederación Nacional Liberal), que los convertiría en la tercer fuerza del país, o mas bien la segunda, desplazando al panameñismo. El PRD (660 mil miembros), el PPanameñista (280 mil miembros), y esta posible nueva fuerza liberal, sumando a todos sus miembros casi rozarían a los 350 mil miembros. No hubo acuerdo porque R. Martinelli quería la mayoría de la directiva y la candidatura presidencial, el Molirena estaba en un división interna y no podían tomar una decisión unitaria en ese momento, el PL que era muy pequeño y se sentía marginado de la directiva, solo quedaron PLN-PSolidaridad que se fusionaron en Unión Patriótica (UP). La Alianza por el Cambio, reactivo los rumores de una ‘Alianza Nacional Liberal’ (en un probable gobierno de R. Martinelli), por estar integrados CD-UP-Molirena y realizando conversaciones exploratorias con PL que postula a Miguel A. Bernal para la alcaldía capital, pero que PL decidió mantenerse de aliado coyuntural del PRD, al igual que PPopular.
Aclaro que PL y PP no son aliados solamente ahora del PRD, estos partidos (que apoyaron a A. Vallarino en 1999) se integraron en una alianza parlamentaria opositora (pacto META, PRD-PP-PL) con el PRD desde 2001 contra el gobierno panameñista de Moscoso, y al triunfar M. Torrijos en 2004 forman parte del actual gobierno (Rubén Arosemena dirige a la Autoridad Marítima, dirigieron un tiempo a la Dirección de Migración y están en otras dependencias publicas). Sin embargo la ‘Alianza Opositora’ (ciertamente desesperada, por el accenso PRD de Balbina Herrera en las encuestas, acercando a R. Martinelli) se traduce en el acuerdo de R. Martinelli (CD) con J.C. Varela (panameñistas), que dieron por tierra a la posible ‘Alianza Nacional Liberal’, de hecho en la realidad política UP-Molirena se sienten excluidos de los acuerdos, además que las negociaciones de candidaturas unitarias (y posiciones en un posible gobierno) generan fricciones entre todos los integrantes de estas fuerzas políticas civilistas (CD-PPanameñista-UP-Molirena).
Otra formación política que están surgiendo con gran dificultad, son los ‘ñangaras’ (los comunistas nacionales), que apoyan sin mucho éxito a la candidatura presidencial independiente de Juan Jovane y promueven una constituyente. Allí están los miembros de Frenadeso y otros diversos movimientos sociales de izquierda, que están intentando inscribir tres partido políticos diferentes (siempre están divididos por sectarios), el PAP unido al Partido del Pueblo (Partido Alternativa Popular), PT (de los Trabajadores), PIR (Izquierda Revolucionaria), pero hasta ahora solo han inscrito alrededor de mil miembros por cada partido, sin entender de forma practica a la necesidad de fusionarse en un solo partido de izquierda, por lo cual no tienen otro remedio que andar peleando unidos por una candidatura presidencial independiente para Jovane, pero lo cual todavía no lo permite el Código Electoral, norma esta que pudiera ser reformada mas adelante (para ser candidato a presidente la ley electoral exige que debe ser por un partido, aunque la constitución solo exige ser mayor de 35 años, panameño por nacimiento y sin antecedentes penales). Tal vez los ‘izquierdistas radicales’ se ponga las pilas para el 2014, tal como en 1984 crearon unidos el Frente Electoral del Pueblo con la candidatura presidencial del ex ministro de salud Dr. José Renan Esquivel.
En resumen todo parecía indicar que en Panamá (donde nada es simple, serio, institucional, funcional y las ideologías programáticas no son importantes en nuestra política criolla tradicional) bien podrían haber cinco partido políticos definidos como opciones diversas para el ciudadano en una democracia libre, cada uno con sus ideas, programas y doctrinas definidas: PRD (centroizquierda, socialdemócrata, progresista); PPanameñista (centroderecha, democrático, conservador); Alianza Nacional Liberal (centro, liberal, democrática); Partido Popular (democristiano, centro, democrático) y un probable Frente Unido Popular (izquierda, comunista, revolucionarios).
En los Estado modernos y democracias funcionales, se entiende que la necesidad de ideologías-doctrinarias de los partidos políticos, es en virtud de que las mismas se traducen en diversos programas-propuestas-planes de gobiernos, donde los ciudadanos tiene diversas propuestas de donde escoger para la solución de sus problemas, y luego estas propuestas se terminan convirtiendo en las políticas publicas, económicas y sociales de un determinado gobierno electo por el pueblo. Así de simple es una democracia moderna. Otra cosa son las políticas de Estado, establecida en leyes, que no deberían variar en cada gobierno: salud, educación, cultura, seguridad social, policial, infraestructura, servicios públicos, dependencias publicas, etc.
Agrego además sobre la calidad de la administración publica. Tanto las ciencias políticas como también las ciencias de la administración establecen estándares de calidad en el organizaciones (instituciones, empresas, organismos). En el Estado moderno se ha logrado mediante dos formas, una por la carrera administrativa en donde todos los cargos de la administración del Estado (asesores-funcionarios, personal servidor publico, profesores-catedráticos, diplomáticos, notarios, jueces-magistrados, seguridad policial-militar, etc) sean por concursos (examen, meritos, diplomas, experiencia) en quien obtiene una plaza tendrá permanencia en el cargo, solo es excepto con los cargos de elección popular (presidente, diputados, alcaldes, concejales) y los cargos políticos de la administración (directores, ministros, secretarias superiores, etc.); dos en virtud del superávit del presupuesto publico que permite tener mayor recursos para una modernización permanente de la administración publica, pero en los Estado modernos los altos presupuestos públicos solo se logran con el desarrollo económico, porque cuando existe pujanza económica, inversión privada, empleo, simplemente el Estado recauda impuestos que se traducen en las políticas publicas, políticas sociales, seguridad social, servicios públicos-administrativos, infraestructuras, seguridad policial, etc.
Es decir el desarrollo económico garantiza el bienestar social, para que se consoliden a las instituciones y la democracia. Solución, en mi humilde opinión, solo cuando nuestros países subdesarrollados de la América Latina alcancen al desarrollo económico y social, se consolidaran entonces a las instituciones políticas y a la democracia. La diferencia democrática entre nuestras diversas fuerzas políticas (ideológicas-programáticas) radica en cual es el método mejor para alcanzar este fin. He allí la madre del cordero, el fundamento sobre el método de gobierno. Así de simple debe ser un Estado moderno.
Abogado, Periodista, Sociólogo, Analista Político, Profesor y Escritor
Miembro del Partido Revolucionario Democrático – PRD
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