Por: Dr. Belisario Rodríguez Garibaldo
Considero favorable una reforma constitucional que permita, incluso la reelección presidencial inmediata, como muchos países del mundo (incluso EE.UU.), solo estableciendo una cantidad máxima de periodos presidenciales (en EEUU son hasta dos consecutivos, en aras de evitar la perpetuación en el poder político), siendo siempre los ciudadanos quienes tienen la última palabra en las elecciones.
Lo cierto es que en Iberoamérica, un solo periodo de gobierno ha veces no basta, para dar continuidad a un programa de gobierno, pues al arribar otro gobierno no siempre le dan continuidad, teniendo un nuevo programa de gobierno, trastocando lo logrado. Y es que en América Latina, aun hacen faltas establecer políticas publicas de Estado definidas en leyes como en salud, educación, cultura, seguridad social, policial, infraestructura, servicios públicos, dependencias publicas, bienestar social, que tengan plena permanencia en el Estado, indistintamente del gobierno.
Agrego algo mas sobre la calidad de la administración publica, tal como se enfoca en las ciencias políticas y las ciencias de la administración que establecen estándares de calidad en el organizaciones (instituciones, empresas, organismos) en aras de su eficacia plena.
En el Estado moderno se ha logrado mediante dos formas.
Una por la carrera administrativa en donde todos los cargos de la administración del Estado (asesores-funcionarios, personal servidor publico, profesores-catedráticos, diplomáticos-servicios exterior, notarios-registros, jueces-magistrados, seguridad policial-militar, etc) sean por concursos (examen, meritos, diplomas, experiencia) en quien obtiene una plaza tendrá permanencia en el cargo (además de ascenso de escalafón por méritos y experiencia); solamente es excepto con los cargos de elección popular (presidente, diputados, alcaldes, concejales) y los cargos políticos de la administración (ministros, directores, secretarias superiores, etc.).
Dos en virtud del superávit del presupuesto publico que permite tener mayor recursos para una modernización permanente de la administración publica, pero los altos presupuestos públicos solo se logran con el desarrollo económico, porque cuando existe pujanza económica, inversión privada y empleo, entonces el Estado recauda impuestos que se traducen en las políticas publicas, sociales y económicas del Estado antes citadas.
Es decir el desarrollo económico garantiza el bienestar social, que consolidan a las instituciones y la democracia. La diferencia democrática entre nuestras diversas fuerzas políticas (ideológicas-programáticas) radica en cual es el método mejor para alcanzar este fin. He allí la madre del cordero, el fundamento sobre el método de gobierno.
Así de simple debe ser un Estado moderno.
El autor es:
Abogado, Sociólogo, Periodista, Analista Político, Profesor y Escritor
Miembro del Partido Revolucionario Democrático – PRD (Panamá).
E-mail: brodgari@hotmail.com
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